En primera fila
¡Caja de Pandora en reforma!
Por LUIS A. CABAÑAS BASULTO
Plenamente interesados en las
propuestas de reformas a la ley energética, pero hastiados del sistemático
rechazo de quienes conocen de memoria el “caminito” para congraciarse con el
gobierno priísta avalado por el PAN y el Partido Verde, este jueves por la
mañana concluyó nueva, infructuosa maratónica jornada para la aprobación de los
términos del tercer Dictamen elaborado
desde Los Pinos.
Las
prolongadas sesiones extraordinarias, trasmitidas en vivo desde el Canal del
Congreso, dan cuenta de la descarada farsa que inició el lunes con un día “negro”
en la historia parlamentaria del país, cuando inició la consumación del robo
del siglo: La entrega de la riqueza petrolera a empresas privadas, predominantemente
extranjeras.
Previo
a ello, más de tres mil reservas de modificaciones se presentaron ante el
Senado y, al igual que en la Cámara de Diputados, se votaron mecánicamente en
contra, ya que no hubo modificación sustancial alguna, y hoy estamos ante un
ejercicio similar que no pocos califican como una farsa consumada.
Entre
algunos de los temas que más molestan se incluye la ocupación temporal, que
antes se llamaba expropiación; el fracking, la impunidad de servidores
públicos, el fuero especial creado para ese efecto, los impuestos y los pasivos,
según sugiere el diputado Ricardo Monreal Ávila.
Como
era de esperarse, no existe ninguna sorpresa. Se sabía de la intención de
convertir los pasivos laborales de Pemex y CFE en deuda pública y los nuevos
impuestos que deberán pagar los nuevos productores, los dueños de México, como
botones muestra para ilustrar los vicios ocultos estructurales que conlleva la
reforma y que se traducirán en daño histórico irreversible para la nación.
Hasta
hoy no se percibe un solo beneficio de los presuntos que a diario, con
terquedad y hastío, mencionan los medios de comunicación afines sobre las
supuestas bondades de la reforma energética, como la luz, gas, gasolina barata y
supuestos millones de empleos bien remunerados, pero ya la Legislatura nos endosa
los costos de la apertura energética de la privatización.
A
partir de la próxima semana, cuando se apruebe que los contribuyentes mexicanos
paguemos las pensiones, jubilaciones y retiro de los trabajadores de Pemex y la
CFE cada uno de los 108 millones que vivimos, más los que nacerán en los
próximos 30 años, habremos de aumentar a nuestra deuda personal y familiar 14
mil pesos por obra y gracia de la reforma.
Esta
sola cifra nulifica cualquier presunto beneficio posterior de la reforma en
término de luz, gas y gasolina barata. Los niños que nazcan a partir de la
próxima semana traerán un bono de deuda dentro de un pañal marca “Prianal”, el
“Pemexproa”.
Y
esto no es todo, ya que a esta tarjeta de deuda se habrán de sumar los rescates
anteriores del Fobaproa y el carretero, más los que se surjan en los próximos
años como producto de estas reformas privatizadoras, en las que persiste un
principio de aplicación universal: Las ganancias son privadas, pero las
pérdidas, colectivas.
En
este sentido, a partir de la próxima semana, este bono de deuda de los nuevos
mexicanos tendrá un valor de 43 mil pesos para cada mexicano, con lo que nacer
en México es nacer endeudado, con muchos pasivos y muy pocos activos. A que se
quede en su país un niño que al nacer traiga esa carga en el pañal, por eso se
presenta el fenómeno de la migración de menores al vecino país del norte.
El
presente es de deudas impagables, el futuro de dudas, incertidumbre y
desesperanza, gracias a las fallidas políticas de privatización de los últimos
25 años, tanto de los gobiernos del PRI como del PAN, cuyas privatizaciones de
hoy serán rescates públicos de mañana.
Hace
apenas 19 meses, el gobierno de Enrique Peña Nieto ofreció a los mercados
financieros un compromiso de “déficit público cero”, y esta Legislatura, la de
las reformas “estructurales” -verdaderas contrarreformas antipopulares-, le
autorizó un déficit de 1.5 por ciento del PIB para este año, pero la deuda de
México ascendía hasta el mes pasado a ¡6 billones de pesos!, de los cuales un
billón corresponde a la actual administración.
A
partir de la próxima semana, con la conversión de los pasivos laborales de
Pemex y la CFE en deuda pública, a ese pasivo actuarial se sumarán ¡dos
billones más!, lo que significa que en sólo dos años el gobierno de Peña Nieto habrá
incrementado en 60% la deuda que heredó en diciembre del 2012, lo que no se
veía desde los no menos nefastos tiempos de Luis Echeverría y López Portillo.
Sin
ser ingenuos, este rescate de Pemex y la CFE es para sanearlas y dejarlas en
condiciones de emprender dos medidas posteriores: Bursatilizar sus acciones
para atraer capital privado, nacional y extranjero, y después vender sus
activos, todo o en parte, como los mercaderes, vulgares saqueadores de bienes
nacionales.
Así,
este vergonzoso precedente generará una grave situación para trabajadores de universidades, empresas
públicas descentralizadas o concentradas; entidades federativas, municipios y
organismos municipales, que, analícelo Usted muy bien, también podrán exigir
que a también los salve el gobierno y el Poder Legislativo.
¿Cómo
se podrán tratar igual a los desiguales o desigual a los iguales cuando se
puede legislar de la misma manera? El Congreso de la Unión tendrá a los
trabajadores de otras dependencias, de otros niveles, pidiendo el mismo trato que
a los trabajadores de Pemex y CFE.
En
este sentido, los legisladores habrán de prepararse para atender también al
resto de 700 mil trabajadores del sector público que se jubilarán en los
próximos 15 años y cuyos pasivos laborales actuales representaban el 104% del
PIB del año anterior y que también quieren y tienen derecho a una pensión
garantizada y que se les rescate.
Sí,
estimado lector, de este tamaño es la “caja de Pandora”, y parece muy
irresponsable y grave que los pasivos laborales, producto de corruptelas y vida
de jeques de los directores de Pemex y sus funcionarios, hoy se trasladen a la
población para su pago, incluyendo a los niños por nacer, comprometidos con 45
mil pesos cada uno para las deudas de este gobierno corrupto e irresponsable.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita del
nombre de su autor)
*Luis Angel Cabañas
Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana Roo, con más de
36 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y jefe de
redacción de diversos medios de información, también ha fungido como Jefe de
Información de dos ex gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado
tres libros.
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