En primera fila
¡Mañosos en Holbox!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Al
carecer de un Programa de Manejo del Área Natural Protegida que regule el área
protegida de flora y fauna Yum-Balam, se ignora formalmente qué se puede hacer
o no en la zona, además de que Holbox tampoco cuenta con un Programa de
Ordenamiento Ecológico Local (Poel), que dicte restricciones o parámetros de
aprovechamiento.
Entre
otros, estas fueron las principales causas que motivaron a la Comisión
Permanente del Congreso de la Unión a aprobar por unanimidad exhortar al Poder
Ejecutivo federal a garantizar la conservación del área y regularizar jurídicamente
ese ejido del municipio de Lázaro Cárdenas, donde diputados y senadores
quintanarroenses optaron por no meter mano para evitar afectar la imagen del ex
gobernador priísta Félix González.
El
único priísta que abogó a favor de ellos en su momento fue el secretario de
Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría, con quien se reunieron tras haber tomado la
alcaldía, en represalia por la amañada asamblea ejidal del 1º de junio, de la
que, de acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) de la Semarnat,
se obtendría el Acta de Asamblea por parte de la empresa “Península Maya
Developments”.
Lo
que buscaban los empresarios es que los ejidatarios pro yucatecos inscribieran
el Acta en el Registro Agrario Nacional para legalizar los acuerdos que
adoptaron “en lo oscurito”, entre ellos dividir en cuatro ejidos la isla
(Holbox, Isla Holbox, Península Holbox y Punta Holbox), lo que facilitaría el
desarrollo turístico y el despojo de tierras de los ejidatarios originales.
Para
ese efecto, contaron con el “sospechoso” apoyo del entonces titular de la
Secretaría estatal de Seguridad Pública, Carlos Bibiano Villa Castillo, quien
evitó a toda costa la participación de legítimos ejidatarios que se oponían, lo
que aparentemente provocó un enfrentamiento entre este funcionario y Mendicuti
Loría, que tuvo como consecuencia que final, felizmente, el disque familiar de
Pancho Villa disque “renunciara” (ja, ja, ja) y abandonara Quintana Roo.
Entre
otras irregularidades, la asamblea se realizó en un sitio diferente al citado
en la convocatoria, esto para distraer a los ejidatarios originales y evitar su
asistencia para reclamar, mientras que los “ejidatarios yucatecos” eran
prestanombres de los desarrolladores.
Por
si fuera poco, entre las consideraciones del dictamen de los legisladores NO
priistas se incluyen ordenamientos constitucionales, en el sentido de que todos
tienen derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar, que el
Estado garantizará el respeto a ese derecho y que el daño y deterioro ambiental
generará responsabilidad para quien lo provoque.
En
tanto, la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente
establece la atribución de las autoridades federales, estatales y municipales
para la preservación y restauración del equilibrio ecológico, así como la
protección al medio ambiente, y el artículo 27 constitucional reconoce la
personalidad jurídica de los núcleos de población ejidal y comunal y su
propiedad sobre la tierra.
Para
ello, señala a la asamblea general como el órgano supremo del núcleo de
población ejidal o comunal, con la organización y funciones de la ley. El
comisariado ejidal o de bienes comunales, electo democráticamente, es el órgano
de representación del núcleo y responsable de ejecutar las resoluciones de la
asamblea.
Además,
el artículo 25 de la Ley Agraria estipula la formalidad que deberá observarse
antes y durante una asamblea, lo que NO fue el caso de Holbox, y por si fuera
poco, el artículo 28 de la propia Ley dice que en caso de que en la asamblea se
traten asuntos, como el de la fracción XI, sobre la división del ejido, deberán
estar presentes un representante de la Procuraduría Agraria y un fedatario
público, lo que tampoco ocurrió.
Así,
la Comisión Permanente exhortó a la Federación a coordinarse con el Gobierno de
Quintana Roo para garantizar la conservación y preservación de Yum-Balam y, a través
de la Procuraduría Agraria, remitir un informe sobre la “asamblea” ejidal de
junio, y si ésta cumplió con cada uno de los requisitos de la Ley Agraria. No
lo creemos.
Con
competencia para dictaminar el Punto de Acuerdo, la Tercera Comisión de
legisladores dice en sus “Consideraciones” compartir la preocupación de los ejidatarios
originales sobre la necesidad de proteger las áreas naturales protegidas de
Yum-Balam, que en maya significa “Señor Jaguar”, y que se extiende sobre 154
mil hectáreas que incluyen la Laguna de Conil y sus manglares y la isla de
Holbox.
De
acuerdo con el Decreto del 6 de Junio de 1994, cuando se declaró área natural
protegida, el ecosistema "Yum Balam" están en condiciones poco
alteradas que conservan su naturalidad y tipicidad, con diversidad de aves
residentes y migratorias; mamíferos casi todos los neotropicales, anfibios, reptiles
y de plantas endémicas.
Alberga
especies de flora y fauna en peligro de extinción, raras y endémicas, como
tortugas marinas caguama y de carey; cocodrilos; aves como el flamenco, el
jaribú, la espátula rosada, el zopilote rey, el halcón peregrino, el halcón
aplomado, las águilas crestadas, el pavo de monte, el hocofaisán, el cojolite,
la perdiz de Yucatán y la subespecie garzón cenizo, así como mamíferos como el
tlacuachillo dorado, el mono araña y el aullador; oso hormiguero, cacomixtle
tropical, jaguar, puma, ocelote, margay o tigrillo; jabalí de labios blancos,
venado temazate, tapir y manatí.
Asimismo,
cuenta con sitios de la cultura maya y vestigios arqueológicos representativos
de las costumbres y el acervo cultural e histórico de los indígenas de la
región. Lamentablemente, en forma más reciente, hoy también cuenta con políticos
mañosos que se vendieron en su momento al mejor postor, Félix González, o bien
que fueron engañados por éste, tal y como hizo con muchos otros
quintanarroenses que, créalo o no, aún le prenden veladoras para alcanzar
alguna posición política.
(Permitida la copia, publicación o reproducción
total o parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana
Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información,
editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha
fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes
municipales, y publicado tres libros.
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