La desaparición de los “defeños”
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Una
de las batallas más importantes, permanentes, dinámicas de la izquierda mexicana
había sido la búsqueda de la Reforma Política para el Distrito Federal, en una
aparente lucha por garantizarles derechos plenos a los capitalinos, al igual
que el resto de los Estados, al contar por primera vez con su propia
Constitución Política.
Tras
18 años ininterrumpidos de gobernar esa entidad con el PRD y una vez aprobada
finalmente la reforma en el Senado, todo parece indicar que está a punto de
concretarse esa posibilidad, pese al compás de espera que decretó la Cámara de
Diputados para su análisis y eventual aprobación, para lo cual contaron
inicialmente con el apoyo de la mayoría del PAN y el PRI
En
efecto, han sido muchos años los que la izquierda ha estado al frente de esta
ciudad y, pese a carecer de todo el andamiaje jurídico con el que cuenta el resto
de las entidades, el Distrito Federal, cuyo nombre cambiaría al de Ciudad de
México, sigue siendo hoy por hoy una ciudad de avanzada, la ciudad de
vanguardia del país.
Aunque
le pese al PRI, la ciudad cuenta con el sistema de protección social más
grande, no sólo del país, sino de América Latina. Tan sólo habría que revisar
los programas sociales que se replican en diferentes Estados en materia de
adultos mayores, becas para jóvenes, útiles, uniformes y otros programas que distinguen
a la capital.
Y
pese a carecer del andamiaje jurídico en igualdad de circunstancias al resto de
los Estados, sigue siendo, con todo y lo difícil de esa situación, una de las
ciudades más seguras del país, aun cuando tiene sus derechos limitados en
materia de seguridad y procuración de justicia, y aun cuando no está exenta del
impacto de la inseguridad, aunque habría que ver qué lo que ocurre en el resto
de las entidades.
Por
otro lado, pese a sufrir permanentemente el reparto inequitativo de recursos al
país, siempre se ha asumido como ciudad solidaria, como la capital de los
mexicanos, y lo ha demostrado con todo el soporte y respaldo que la dado a la
dinámica de una ciudad capital.
Para
quienes le han regateado recursos, el Distrito Federal se ha compartido al
concentrar 80 embajadas, 180 edificios de nivel federal, siete oficinas de
comités nacionales de partidos políticos y el propio aeropuerto, todos ellos
sin pagar impuesto predial, pese a lo cual, se les sigue dotando de todos los
servicios de agua y seguridad, entre otros.
Estamos
hablando de por lo menos de 12 mil millones de pesos que la ciudad debe
absorber en estos servicios.
Según
estudio reciente del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), del
2008 al 2012 la ciudad registró una pérdida de 10 mil millones de pesos por
asumirse como ciudad capital, sin la posibilidad de recuperar este fondo de
capitalidad, aunque a partir de la reforma sería parte de un ingreso obligado
hacia la ciudad.
Conforme
a números recientes, en esa ciudad viven cerca de 9 millones de capitalinos, con
una población itinerante diaria de más de 4 millones que acuden a su fuente de
trabajo o a servicios médicos, educativos, por lo que es importante reconocer
que, con todo y dudas y escepticismo que pueda haber, tiene un importante
avance.
La
aprobación de la reforma es un avance importante para la ciudad y sus
habitantes, porque da la oportunidad de tener derechos igual que el resto de
los habitantes de otros estados; derechos a asumirse y ser reconocidos como un
ciudad capital jurídicamente hablando, no solamente en la práctica, todo esto
en beneficio de su población.
Una
Constitución es el conjunto de valores que comparte una sociedad, un conjunto
de ideas a las que le dan prioridad quienes habitan una entidad, por lo que los
todavía “defeños” -¿Cómo les diremos tras la reforma?- se han distinguido por
una visión progresista.
En
el caso del PRD, hay que reconocerlo, pese a no contar hasta ahora con el andamiaje
jurídico de una Constitución, has hecho un esfuerzo importante en garantizar y
seguir avanzando en los derechos de los capitalinos con las herramientas a su
alcance.
La
Asamblea Legislativa les ha permitido garantizar derechos plenos a las mujeres a
decidir sobre su cuerpo, el matrimonio libre, el respeto a la diversidad
sexual, respeto a ideologías y religiones, por lo que no existe prácticamente
discriminación.
Otro
logro importante ha sido abrir espacios para la participación ciudadana a
través del comité ciudadano, que garantiza tomar en cuenta a la gente y
participe ésta en las decisiones más básicas, más cercanas en sus colonias y calles.
Aun
cuando es un avance importante, como un trabajo por el que ha luchado, le
interesa contar con una segunda Asamblea, la Constituyente, una figura que han
venido impulsando y promoviendo desde la izquierda, que tendrá la posibilidad
de darle vida a su Constitución para una ciudad de vanguardia, de avanzada.
Para
ese efecto, será importante poner atención a esta parte, ya que lo que se busca
de fondo es que exista legitimidad, participación de la ciudadanía, y que esto
se refleje en su Constitución.
Otra
preocupación de los perredistas, a decir de su senadora Alejandra Barrales
Magdaleno, es que no existan condiciones para plasmar la obligación de que, una
vez que el Constituyente elabore ese andamiaje jurídico, pudieran someterlo a
referéndum, ponerlo a consulta con la ciudadanía para seguir involucrando a
ésta en el esfuerzo.
Según
la legisladora, les interesa garantizar la participación de los capitalinos en
la construcción de su Constitución, su conjunto de valores como capitalinos, ya
que no existe mucho conocimiento sobre lo que se hace, a grado tal que no pocos
senadores descalificaron los trabajos a pesar de no haber estado nunca en una
reforma.
En
este sentido, hubo quienes creían que por no tener Constitución, el Distrito
Federal no rendía cuentas, no era auditado ni tenía toda una serie de
obligaciones, lo que refleja el desconocimiento de sus críticos.
No
obstante, así han vivido los capitalinos durante muchos años, sin descalificar
el origen de ningún estado, aunque han consultado a Chiapas, Tlaxcala, Tabasco,
Estado de México en materia de seguridad, nombramientos de su secretario de
Seguridad Pública y Procurador, lo que ya no desean que siga ocurriendo, ante
su tamaño, experiencia y nivel para sacar adelante sus propias definiciones.
Felicidades y
enhorabuena, aunque también existen “contras” ante esa controvertida iniciativa,
que daremos a conocer posteriormente.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 38 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y
publicado tres libros.
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