¡Enésima “regada” de Peña Nieto!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
No sabemos si reír o ponernos a llorar cada vez que
la prensa da cuenta sobre el presidente Peña Nieto, ya que lo mismo mete la pata
que dice una mentira del tamaño de una catedral, o bien su familia o su
gabinete lo ponen en graves, muy serios aprietos, como fueron los muy recientes
escándalos que protagonizaron su secretario de Gobernación con sus casotototas
de Las Lomas o el reciente “shoping” de su familia en Nueva York.
Lo que indignó este martes a los mexicanos es que,
en un arrebato de sensacionalismo, periodístico suponemos, el mandatario gritara
a los cuatro vientos su irrefrenable, supuesto respeto a la libertad de
expresión, sensacionalismo demagogo que algunos medios informativos, como el
local Diario de Quintana Roo, destacara a ocho columnas. En este caso, nada nuevo.
Y mientras
esto ocurría, la casa se le quemaba en la Cámara de Diputados, donde la panista
Esther Quintana Salinas denunciaba ante 284 legisladores un asunto vergonzoso que
tenía que ver con dos prácticas que deberían estar fuera del escenario
nacional: El intervencionismo y autoritarismo, y la vulneración deleznable a la
libertad de expresión.
En efecto, la semana anterior la Comisión de Quejas
del Instituto Nacional Electoral decidió suspender un spot de Acción Nacional,
en el que se aludía a los 200 invitados que Peña Nieto llevó en su reciente,
criticable viaje a la Gran Bretaña, tras
que el PRI presentara una queja, lo que resulta delicadamente cuestionable, simple
y sencillamente porque las personas morales no son sujetos pasivos de calumnia.
Ahora resulta que, a través de la Consejería
Jurídica de la Presidencia de la República, Peña Nieto presentó una queja ante
el INE contra ese spot del PAN, en el que se critica al mandatario haber
llevado a más de 200 personas a ese viaje “oficial”, específicamente a Londres,
por lo que el Instituto dijo que no daría marcha atrás.
Como quien dice, todo se trata de a ver quién
presenta la queja y en honor a la verdad nadie está de acuerdo con ésta que
sólo podría calificarse como una deleznable conducta, un hecho sin precedentes,
ya que ningún presidente de la República se había atrevido a atentar contra la
libertad de expresión, y menos aun en el caso de Peña Nieto, quien resulta
incalumniable porque todo lo que se diga sobre él es la pura verdad.
Y es que, en un análisis del dispendio de la
extensa comitiva que lo acompañó, se incluyen funcionarios, legisladores,
empresarios, académicos, asesores, familiares y amigos, desde luego invitados
con dinero público, entre ellos su secretario personal, Jorge Corona; el de
Hacienda artífice de los recortes, Luis Videgaray Caso; el “Jefe de la Oficina
de la Presidencia”, Aurelio Nuño; los coordinadores de Asesores y de Comunicación
Social, Francisco Guzmán y David López, respectivamente, así como el jefe del
Estado Mayor Presidencial, Roberto Miranda.
Resulta imposible incluir completa la amplia lista
de funcionarios que fueron a Londres, porque está repleta de secretarios como los
de Educación, Energía, Turismo, Relaciones Exteriores, Economía, Medio Ambiente
y hasta el director de Conaculta, aunque llamó la atención la presencia del
perredista de la “Nueva Izquierda”, Miguel Ángel Barbosa, acompañado, claro, de
su elegante esposa Rosario Orozco.
La mayoría de funcionarios e “invitados”, viajó con
sus acompañantes, algunos de ellos con secretarios, “amiguitas”, amantes o
esposas, así como un médico porque, como se sabe y es visible, su salud -aunque
todos se nieguen a aceptarlo- no anda muy bien que digamos.
Entre la comitiva no podían faltar, por supuesto,
dos asistentes de Angélica Rivera para su arreglo personal, es decir, su famoso
estilista y el “fashionista” que le dice qué modelitos comprar a cargo del
presupuesto y lucir en sus viajes al extranjero.
Gracias a ese viaje se supo que Angélica Rivera no
sólo no practica la necesaria austeridad en tiempos de crisis, sino que hace
uso de ostentación y lujo a raudales.
En Inglaterra, por ejemplo, usó un atuendo de casi
300 mil pesos, entre vestuario, joyas, abrigo, bolsa Gucci y zapatos, todo de
costosos diseñadores, y en los siguientes eventos llevó vestidos de Alexander
McQueen y Valentino valorados, valuados en más de 200 mil pesos; por la noche,
un vestido y abrigo negro con joyas, valorado en igual cantidad.
Luego para demostrar que no iba en viaje oficial,
sino de paseo, asistió a un foro de televisión donde se filma la telenovela o
serie “Downton Abbey”. En definitiva, se despachó con la cuchara grande por gastar
sólo en su arreglo personal más de un millón de pesos.
Claro, como el dinero no sale de su bolsa, ni de lo
que le pagó Televisa, su hija Sofía colocó la guinda del pastel con un vestido
de Dolce & Gabbana, de más de 100 mil pesos. El resto de sus hijas e
hijastras tampoco se quedaron atrás y vistieron ropa de costosos diseñadores, todo
a cargo del erario público.
Conforme a los medios de información no afines, que
evitaron publicar el caso a ocho columnas, el dispendio fue tal que, hubo
secretarios de estado como el de Educación Pública, Emilio Chuayffet, quien
llevó consigo a una decena de rectores, entre ellos José Narro, al igual que la
organización “ProMéxico”, que acarreó a alrededor de 50 empresarios.
A medio mundo sorprendió ese dispendio en tiempos
de inmenso rechazo hacia la administración peñista, y que ocurriera en tiempos
de inmensa pobreza, donde 70 millones de mexicanos carecen de lo más básico, 28
millones de ellos sin qué comer. Sorprende también la soberbia de los políticos
enriquecidos a costa del presupuesto y tráfico de influencias para hacer
“negocios”.
¡Y todavía Peña Nieto se queja de una supuesta calumnia!
¡Y todavía el INE le sigue la corriente y demuestra servilismo presidencial!
A nadie sorprendería que el mandatario inventara
alguna medida para contrarresta las demandas de políticos y académicos que este
lunes exigieron su renuncia e invitaron a los ciudadanos a que el próximo 7 de
junio pidan la revocación de su mandato a través de un formato dirigido al INE.
La campaña, Ciudadanos por la Revocación del
Mandato, a través de la cual se busca convocar a una consulta ciudadana ante la
“incompetencia y corrupción” del Gobierno Federal, la impulsan artistas como
Daniel Giménez Cacho; políticos como los senadores Javier Corral, Manuel
Bartlett y Layda Sansores, así como por activistas como el padre Alejandro
Solalinde Guerra y el ex diputado Gerardo Fernández Noroña.
A este paso, a nadie extrañará que Peña Nieto
supere el “récord” del panista Felipe Calderón como uno de los presidentes más
impopulares del México moderno, o bien el del ex panista Vicente Fox, quien que
cada vez que soltaba la lengua metía la pata…, al menos con gracia.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 38 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado
tres libros.
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