El INE, ¡de entredicho!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Desde
antes del inicio del proceso electoral, que culmina este domingo con la
elección de 500 diputados federales y nueve gobernadores, el tema invariable
fue la denuncia de la estrategia de campaña del Verde “Ecologista”, con una
sofisticada logística publicitaria y cuantiosos recursos de procedencia
indeterminada, incluso donación prohibida y encubierta de tiempos de
radiodifusión para contratar propaganda en radio, TV, cines y vía pública; espectaculares,
“parabuses” tarjetas y monederos electrónicos, etc.
La
autoridad electoral sancionó “a medias” esa estrategia, calificada como violación
grave y sistemática a la legislación electoral por el uso de recursos públicos
y privados de origen ilegal que, incluso, se calificó como na violación
constitutiva de delitos.
Entre
éstas se incluyó la evidente desviación de recursos públicos, como parte del
financiamiento para la adquisición ilegal de más de 300 mil “spots” en Televisa
y TV Azteca, prohibido por el modelo de comunicación política vigente en la
legislación electoral y penado por la Ley General en Materia de Delitos Electorales.
Esta
estrategia se trazó con toda evidencia como una acción de Estado, con la
complicidad manifiesta del PRI y, al parecer, del Tribunal Electoral, ya que la
dilación de éste en resolver diversos asuntos relacionados -como fue el
manifiesto y reiterado caso de Cancún- deja ver la complacencia de esta
autoridad.
Es
evidente, especialmente en este tema de los delitos, que la Comisión Permanente
del Congreso debió discutir como un tema de especial interés para la vida del
país y la vida de nuestra democracia, ya que el Verde se convirtió en un
partido que, de manera reiterada, sistemática, violentó y violenta la ley.
Lo
peor del caso es que puso en evidencia que el Instituto Nacional Electoral tiene
limitada su capacidad de evitar esa prepotencia y la señal que se envió a la
ciudadanía es una señal de plena impunidad ante las 150 mil firmas de
ciudadanos que exigen la cancelación de su registro.
El
tema se debatió infructuosamente en el INE, y de ahí la importancia de que la
Comisión Permanente hiciera lo propio, lo que, lamentablemente, no ocurrió.
Uno
de los múltiples ejemplos de lo que está hizo el Verde y se discutió en el INE
–también infructuosamente-, atañe directamente al PRI, con el que sumó su
dinámica de trapacerías y las del gobierno federal.
En
Ecatepec, el Verde entregó múltiples tarjetitas encartadas con un documento en
el que hizo constar la entrega de las televisiones digitales a través de las secretarías
de Comunicaciones y Transportes y de Desarrollo Social.
¿Cómo
funciona? No lo sabemos a ciencia
cierta, pero el caso es que junto con la TV llega el documento encartadito con
la tarjeta de su aliado, el Verde, y de ahí que exigir la cancelación de su
registro fue lo mínimo que se pudo hacer para evitar formar parte de esa
impunidad, reflejo de la enorme corrupción que vive nuestro sistema político
electoral.
Las
violaciones han sido reiteradas, pusieron en riesgo la credibilidad del INE,
con lo que el Verde, desafortunadamente, se convirtió en un partido que
sistemáticamente burló y burla la ley.
Se
vive un proceso electoral, pero también quedó en duda la credibilidad del INE y
las instituciones que tanto trabajo y tiempo han costado construir.
Dada
la cercanía del proceso, el diputado perredista Armando Ríos Piter puso a
consideración de la Mesa Directiva de su Cámara un Punto de Acuerdo para exhortar
al INE a valorar la posibilidad de cancelar el registro del PVM, pero, al igual
que en los anteriores “llamados a misa”, la mayoría priísta determinó que “no
se consideraba de urgente resolución”, y lo turnó a la Primera Comisión.
Si
bien el Instituto sólo quedó de entredicho, no podemos decir lo mismo del
Congreso de la Unión, de dónde ya sabemos cómo masca “la iguana”.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 38 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y
publicado tres libros.
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