¡Ganó el Verde la primera batalla!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Al
concluir los 60 días de intensas campañas políticas, a las que, sin embargo,
como se esperaba, no respondió la gente conforme a las expectativas de los partidos,
dada la indignación con su trabajo, el único que resultó beneficiado ante la
complacencia de las autoridades electorales, resultó ser el Verde “Ecologista”,
que regó dinero y prepotencia por todo el país.
“Tapadera”
del PRI para desviar la atención y los ataques, el PVEM, en efecto, contó con
todos los recursos del mundo para hacer o que le vino en gana, inclusive “sufrir”
multas que nada le preocuparon por haber conseguido sus propósitos de marear al
electorado rumbo a los procesos de este domingo, donde, con todo, créalo Usted,
no se descartan sorpresas, desde luego, si los votantes por fin abren los ojos.
Una
de las últimas, débiles tentativas por frenar las ambiciones del Verde, que se
convirtió en el principal protagonista del proceso por renovar la Cámara de
Diputados, fue un punto de acuerdo para exhortar al Instituto Nacional
Electoral a ordenar el retiro de la propaganda ilegal de ese partido, pero que,
ante la mayoría PRI-Verde, no prosperó pese a su objetivo de propiciar la
equidad en el proceso.
Contra
todo sentido común, y pese a la proximidad de las elecciones, los legisladores
decidieron por mayoría que no era de urgente resolución. La verdad es que
resultó verdaderamente patético que, a pesar de la opinión pública y de las resoluciones
del INE y del Tribunal del Poder Judicial de la Federación, el Verde insistió con
su propaganda, ilegal tal y como determinó el propio Tribunal.
Luego
entonces, ¿a qué estaba jugando? Obviamente, todo el tiempo retó a la autoridad
electoral, aunque no se pudo lograr que el INE le diera la vuelta a la
propuesta de más de 140 mil ciudadanos que pidieron adoptar una posición con el
retiro del registro.
Por
cierto, el diputado panista Juan Pablo Adame también presentó una denuncia al
respecto, aunque el INE jamás dijo que hubo una violación grave, dolosa y
sistemática del Verde a la Ley Electoral.
Lo
cierto es que resulta sorprendente que a partir de todo lo sucedido en la
sociedad exigiendo equidad en la contienda y que el PVEM se someta a la ley, éste
haya insistido una y otra vez, en su desmedido afán por convertirse en tercera
fuerza política del país, a costa el PRD suponemos.
Recién
se demostró que, pese a multas, advertencias y demás, el “ecologista” seguía
entregando boletos para el cine. Es decir, no existió ningún intento por
retroceder, confiado en que las autoridades electorales no se atreverían a
aplicar la ley.
Al
similar se cree respecto a Andrés Manuel López Obrador, confiado en que en 2018
el instituto no aplicará la ley por la propaganda anticipada. Confían en que
las autoridades no tendrán valor para aplicar la ley.
No
de balde el viejo régimen tiene buenos filósofos, entre ellos Gonzalo N. Santos
Rivera, miembro del Partido Nacional Revolucionario -antecedente del PRI-, quien
decía: “La moral es un árbol que da moras”, mientras que Carlos Hank González confirmaba
que “Político pobre, es un pobre político”.
Otro
político priísta más aseguraba que “Lo que se paga con dinero es barato”, y
este es precisamente el caso del Verde, al que no importan las multas por
contar con patrocinadores, ya que para
nadie es un secreto que el Partido Verde no es un partido de militantes, de
ciudadanos organizados, sino un partido de consorcios.
No
decimos que los consorcios no tengan derecho a ser representados, pues también
son parte de la sociedad y pueden hacerlo, pero lo que es evidente es que, en
el caso del PVEM espera pagar sus multas con los votos que consiga ilegalmente,
o bien a través de sus patrocinadores.
Cuando
éstos vean que hubo lo menos 300 mil spots fuera de los tiempos del estado, tan
sólo preguntarán cuánto es y si no rompieron la “equidad” en la contienda.
Así
las cosas, aclaramos ¿Por qué hablamos del Verde como de un partido en el
gobierno? Simple: porque es el partido desde el gobierno, o acaso alguien nos podría
mencionar un solo proceso de votación donde el Verde no haya exactamente igual
que el PRI. No, no existe ninguno, siempre han votado todo exactamente igual.
¿Por
qué un partido en el gobierno genera inestabilidad? ¿Por qué un partido en el
gobierno ha puesto el principal elemento de controversia electoral? ¿No debiera
el gobierno ser el principal interesado en que las elecciones salieran sin
ningún problema, impecables? ¿Por qué desde el gobierno están implementando algo
que lesiona la equidad, la contienda, que adelanta, quizás, conflictos
postelectorales?
¿A
qué le están jugando? ¿A qué le juegan, además, exhibiendo a la autoridad
electoral como débil, incapaz de hacer cumplir la ley? ¿Hasta dónde quieren
llegar?
La
verdad, lo único que pensamos es que después de todo lo que ha pasado, de las
multas, críticas y demás evidencias, el Partido Verde no dio un solo paso atrás
y siguieron llegando mochilas escolares y boletos de cine, siguieron haciendo
lo mismo. No sólo no hubo autocrítica, fue su campaña electoral, donde se3guramente
pensaron: Sobre la ley, contra la ley, sobre las instituciones.
Algo
así como “al diablo con las instituciones”, y siguieron violando la Ley
Electoral.
El
Verde, en resumen, ganó la primera batalla -las campañas, pero NO la guerra:
Las elecciones, a menos, claro, que el diablo meta la cola.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 38 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y
publicado tres libros.
Comentarios
Publicar un comentario