Pacto por México, “verdugo”
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Una
vez conocidas las cifras oficiales de las recientes elecciones -que no las
definitivas- es de esperarse que cada partido hará su propio balance sobre lo
ocurrido para valorar triunfos, derrotas; y decidir su propio destino, aunque
lo que resulta inevitable es un análisis global sobre el sistema de partidos.
Por
supuesto que vivimos un proceso de deslegitimación del sistema de partidos, de
los partidos políticos tradicionales, de la forma tradicional de hacer política
y de competir por el poder, según se desprende de uno de los claros mensajes
ciudadanos, quizá el que deberán analizar con mayor detalle.
Y
es que, en efecto, existen dos variables, dos causas de ese proceso de
deslegitimación del sistema de partidos, el primero de ellos es que, pese a un
sinnúmero de reformas políticas y electorales, seguimos padeciendo y viviendo
los mismos vicios cada tres años.
Entre
otros, la influencia de dinero extralegal, la intervención de los gobierno de
cualquier signo, las violaciones flagrantes a la ley en términos de compra,
coacción del voto y todo aquello que ha motivado recurrentemente reformas
electorales.
Una
primera, necesaria reflexión, es que no existe solución de reforma
institucional que termine esos vicios mientras no haya un cambio de
comportamiento y actitud de partidos y competidores.
Por
otro lado, el análisis sobre las
elecciones convoca a varias cuestiones, la principal, que no puede haber complacencia, ni una actitud de
complacencia o soberbia, ya que sólo votó alrededor del 47% de ciudadanos
inscritos, lo que en términos precisos significa participación, y el PRI, el partido
en el gobierno obtuvo alrededor del 5% del total.
Con
ese porcentaje es con el que tiene que contar ese partido, y decimos en el
gobierno porque tiene la responsabilidad principal, pero si revisamos al resto
de los partidos políticos, resulta pequeñísimo su porcentaje de votos, y de ahí
el caso de determinar a cuántos representa realmente.
En
este sentido, no puede generalizar ni puede existir soberbia o complacencia de
alguno de ellos, en absoluto.
Ahora
bien, respecto a las candidaturas independientes, se podría hablar de manera optimista
por su votación, ya que si bien el artículo 35 constitucional estableció ese
derecho, la ley secundaria estableció tal cantidad de requisitos, que era
prácticamente imposible que alguien pudiera ganar, y aunque en política no se
puede decir eso los requisitos estaban diseñados para que no fuera posibles que
alguien pudiera competir… o ganar.
Es
cierto que varios pertenecieron a algún partido, a diferencia de que ahora
compitieron sin la estructura de una organización partidaria. Por eso tienen un
enorme valor, ya que, en medio de esa preocupación de bloqueo e imposibilidad
de ir a las elecciones, representaron una válvula de escape democrática para la
ciudadanía y su descontento.
Quien
critique esas candidaturas está perdiendo de vista que juegan un papel
fundamental, por ejemplo en el caso del “Bronco”, cuyo 49% de votos resultó
gigantesco frente al de partidos políticos constituidos, o el caso del sinaloense
Manuel Clouthier Carrillo o del jalisciense Pedro Kumamoto, el primero para la
gubernatura y los siguientes para la diputación.
¿Qué
se tendría que reformar? Habría que revisar el tema de los recursos a los
independientes, pero también reconocer que son una vía de participación
democrática, y que tendrían que modificarse los obstáculos para su
participación.
Asimismo,
a pesar de que en la ley se ha intentado darles presencia a través de spots en los
medios de comunicación, los propios comentaristas y la ciudadanía han
calificado esta presencia falta de importancia y calidad a la democracia en 20
segundos. Es lamentable la cantidad de recursos y espacios invertidos en esos
spots. No puede seguir, deben estar por delante las ideas.
Verá
Usted ¿Qué temas sustanciales entraron en controversia sobre el rumbo del país
en la elección? Se privilegió el lenguaje fácil u ofensivo para llamar la
atención, lo que demuestra que la vía de la competencia a través de los spots
en medios de comunicación está agotada.
Los
independientes mostraron algo más que lo que ganan, no sólo dinero. ¿Cuánto dinero
tienen en prerrogativas los partidos y cuánto los partidos independientes? Y
lograron ganar, aunque también habría que revalorar cómo disminuir el costo
económico de los partidos y darle más calidad.
Hace
falta revisar cómo darle vida a esas reformas sobre consulta popular. Ya están
los candidatos independientes, pero no se ha podido echar a andar la consulta
popular, cuya aparición en la Constitución es letra muerta, y también falta ir
a la revocación de mandato.
En
el caso de elecciones donde el PRD tiene mayor presencia, como la de Guerrero,
con una candidata extraordinaria a la que se valoró por su enorme valor civil y
entereza, Beatriz Mojica, una mujer formal de izquierda que no ha pasado de un
partido a otro por su gran congruencia ¿por qué no ganó? Porque la ciudadanía
votó contra el PRD, no contra ella.
En
cambio en Michoacán, lo que distinguió al PRD fue la candidatura de Silvano
Aureoles, quien puso por delante la propuesta, la capacidad de conciliación, de
acuerdo, por lo que tiene ante él un reto enorme, formidable, en una situación
compleja.
Respecto
al Distrito Federal, una ciudad libertaria, con avances formidables en los
derechos individuales y políticos, con una política social, con la imagen de
una visión que se afianzó a lo largo de los años en derechos, el resultado de la
elección fue por un desgaste y voto crítico en una ciudad progresista, con una
ciudadanía progresista.
No
obstante, el voto que perdió el PRD no se fue hacia PRI, sino a la izquierda, por
lo que el reto es hacer que la ciudad se mantenga con avanzada característica.
La visión patrimonialista de los ciudadanos no puede estar presente en la
política, ellos deciden por sí mismos.
Lo
cierto es que el Pacto por México le costó al PRD, especialmente en la ciudad
de México, ¿Pero por qué también en otros Estados? Simplemente porque se
anunció como un gran acuerdo que transformaría al país, que nos llevaría al
desarrollo, inversión, generación de empleos, paz y tranquilidad, pero lo que
tenemos es un país lastimado, con una situación económica que lesiona a la
gente, con grave crisis de inseguridad y plagado de corrupción.
Por
otro lado, el proceso electoral puso a prueba la reforma electoral, cuyos ejes
centrales fueron la creación del INE y los nuevos sistemas de fiscalización y
competencias entre el orden federal y local, pero el nuevo andamiaje jurídico
no pasó la prueba más importante: La equidad electoral.
Así
las cosas, habría que “felicitar” a los que valientemente salieron a votar… y a
los que promovieron el NO voto, ya que lograron que ganara el abstencionismo.
Lo
hemos dicho, el proceso se caracterizó por el contexto de violencia
generalizada en varias entidades por la crisis de seguridad cotidiana, que
mostró su rostro nuevamente semanas previas a la jornada en Jalisco,
Tamaulipas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca.
Esta
situación afectó en gran medida la atmósfera electoral de las campañas, cobró
la vida de candidatos de varios partidos y atentó contra la seguridad e
integridad de los ciudadanos en varias entidades con represión social y
política.
Desde
el inicio del proceso, en octubre pasado y hasta la fecha, 22 personas fueron
asesinadas por motivos políticos, inclusive precandidatos y candidatos a
puestos de elección popular, coordinadores de campaña, funcionarios, militantes
y familiares, en tanto se registraron por lo menos 72 ataques de diversa
naturaleza.
Otra
situación, fue la movilización de miles de maestros inconformes de
organizaciones como la CNTE, que siguieron su protesta contra la reforma
educativa, y cuya principal demanda es precisamente la suspensión definitiva de
ésta, en particular en este periodo electoral fue la evaluación educativa, por
lo que se exige su atención inmediata y solución.
El
voto que dio el triunfo a la mayoría de los candidatos, no es real. Existe una
mayoría descontenta con los resultados, por lo que, lejos de echar las campanas
al vuelo, mejor analicemos lo que se le está dando al país, reflexionemos y
sirvamos a México.
¡Quizás aún sea tiempo!
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 38 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y
publicado tres libros.
leg_na2003@yahoo.com.mx luancaba.qroo@gmail.com
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