¡Que renuncie “gallito” de pelea!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Lo
menos que cabría tras la comparecencia del titular de la SEP ante una de las Comisiones
Permanentes del Congreso de la Unión, sería congratularse por informar sobre un
tema educativo tan discutido y debatido en los últimos meses.
Sin
embargo, preocupa el ambiente que se generó, en el sentido de tener o no voluntad
de resolver el problema, o de abstener de hacerlo.
En
efecto, tras la determinación de la Suprema Corte de Justicia sobre la
educación, que ya transcribiremos íntegra dada su trascendencia, queda clara la
necesidad de elaborar y actuar con políticas de Estado, a efecto de involucrar
a los actores con respeto, pues nada se debe hacer a la fuerza.
Lamentablemente,
el sistema educativo se diseñó y funciona para controlar a las escuelas y
maestros, mas NO para apoyarlos, por lo que su funcionamiento requiere de una
evaluación a la que casi todos acuden, pero ¿tiene la SEP tiene listo el
sistema de actualización para corregir los resultados?
¿Atendió
el informe que rindió hace poco el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación
(INEE) acerca de la situación de los docentes? ¿Ya empezó a adoptar medidas
sobre las escuelas formadores de docentes donde, de las 480 normales de todo el
país, sólo 26 cubren los requisitos?
Aunque
estos son los problemas de fondo, también preguntaríamos si ha adoptado alguna
medidas en torno a los Estados con mayor rezago educativo, pobreza y
marginación como los del Sur o qué hará ¿Cómo lo atenderá?
Por
otro lado, ¿Recibió ya del INEGI la información sobre las escuelas y sus condiciones
de infraestructura y equipamiento? ¿Cuántas son multigrado, cuántas de
concentración y de tiempo completo? ¿Y qué está haciendo al respecto?
No
se plantearon estas preguntas en la comparecencia de Chuayffet, pero se insiste
en satanizar y estigmatizar a maestros y escuelas públicas, y de ahí que por
todos lados los condenen, por lo que habría de preguntarse si es lógico ante
las condiciones en que se desarrolla la docencia en esos lugares.
Inclusive,
en los Estados con más recursos y mejores condiciones económicas existe una
buena cantidad de escuelas multigrado, en las que uno o dos maestros son
responsables de todos los grados a la vez. Por lo general, se encuentran en
poblaciones pequeñas o comunidades rurales pobres, donde no existen la más
elemental infraestructura o equipamiento.
¿Cómo
atender esto? No existen respuestas, pero mientras que no se atienda, como debe
ser y se resuelva de fondo; no haya actitud distinta de la autoridad educativa
frente a ese fenómeno nacional ni voluntad del gobierno de poner a profesionales
y gente con sensibilidad y compromiso al frente de una dependencia como la SEP,
NUNCA se va a resolver.
En
vez de haber comparecido, Chuayffet debió renunciar para dar paso a alguien que
concilie y genere un ambiente distinto para entrarle a la solución de los
problemas reales, y no seguir generando pleitos como gallito de pelea saliendo
en las fotografías como cualquier ave entrenada en algún corral.
Desde
hace mucho se plantearon diversas medidas. ¿Por qué no han funcionado? Se
hicieron propuestas del programa para elevar el compromiso social de elevar la
calidad de la educación y no resultó. Se colocó la calidad en el centro del
asunto, pero hoy se pide despedir a los maestros por faltar tres días
consecutivos.
No
se ha podido ¿Y sabe por qué? Porque los encargados de levantar las actas de
abandono participan con los maestros. La estructura administrativa viene con
ellos, y no hay quien las levante, por lo que no existe testimonio sobre su
asistencia o no a las escuelas.
Cuando
la revuelta ocurre en el DF se podrían levantar actas de abandono, pero no
había quien lo haga porque están involucrados directores, supervisores, jefes
de sector, etc., tal y como ocurre en los Estados.
La
verdad es que no se puede encontrar solución de fondo al problema lanzando
retos y amenazas. Lo que se requiere es resolver de fondo y con claridad.
¿Para
qué se quiere evaluar? ¿Cómo corregir las debilidades que surjan de la
evaluación? ¿Cómo fortalecer al magisterio y reivindicar su función? Y ¿Cómo
fortalecer la escuela pública para servir a los retos y necesidades que demanda
la sociedad?
Pero
además, con todo, seis de cada 10 aspirantes a convertirse a profesores en México
no son aptos para enseñar; siete de cada 10 jóvenes leen un texto sin
comprenderlo; siete de cada 10 realizan operaciones matemáticas que no saben
aplicar en la vida cotidiana; y uno de cada 10 alumnos con el mejor
aprovechamiento en México, no supera el 10% con el peor de Canadá.
En
efecto, nuestro sistema educativo le apostó más a la cantidad que a la calidad
educativa, y se comprueba exactamente lo mismo.
La
evaluación era uno de los pocos datos positivos de una reforma educativa que,
en realidad, era una reforma laboral que pretendía controlar al Sindicato de la
Educación y sus agremiados; pretendía controlar a los maestros y probablemente
a organismos como la CNTE, cuya relación con el gobierno no ha quedado muy
clara.
¿Es
culpa o no del Subsecretario de Gobernación que continúen las manifestaciones “poco
amigables” de la CNTE?
En
realidad, lo que debe estar en discusión es la evaluación y cómo debe ser un
sistema de evaluación. Creemos que transparente, democrático, basado en el
mérito, sin tintes políticos, que evalúe las capacidades y no se base en
compadrazgos o la presión de unos cuántos.
De
poco o nada ha servido la reforma educativa, excepto para que unas mafias suplan
a otras, y hoy vemos un Secretario de Educación, dicen los que lo conocen, muy
diferente o muy extraño en su ordinario proceder, sobre todo cuando dijo con
mucha firmeza que habría evaluación llueva, truene o relampaguee.
Fue
una firmeza tal, que debió tener hace algunas semanas, cuando de un plumazo
violentó la Constitución y el dicho del presidente Peña Nieto, al señalar que quien
dudara que la evaluación ofendía a éste. Él fue el primero en hacerlo.
No
queda claro si este gobierno quiere o no la evaluación, aunque de uno u otro
modo habrá que garantizar que sea verdaderamente democrática y que no la
utilicen en su beneficio Chuayffet o Peña Nieto, ni los gobernadores,
sindicatos o mafias de maestros.
Que
los méritos de los maestros independientes sean lo único que sirva para esa
evaluación, ya que mientras el Secretario envía mensajes de firmeza, la
realidad es que los maestros independientes son presionados, movidos de sus
escuelas o mandados a sentarse a oficinas sólo por la presión política de no
pertenecer a un grupo u otro.
Chuayffet
se lavó las manos en relación con al pago que, dijo, hicieron los gobernadores a
los maestros que no cumplieron su responsabilidad, aunque no respondió cómo
están aplicando los gobernadores esta evaluación ni los pasos de la SEP para
mejorar la educación en México.
No
se trataba de echar culpas o de “galladas”, sino de la educación de los niños,
y con la educación y el interés superior de éstos no se debe lucrar, ni
electoralmente.
Si como “primer funcionario” de la educación conoce
realmente el significado de la palabra “dignidad”, ¡Chuayffet debe renunciar!
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 38 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y
publicado tres libros.
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