¡Un “baile” de recursos, en el DIF-Estatal!
Si
bien, los Sistemas para el Desarrollo Integral de la Familia son organismos
públicos encargados de coordinar los sistemas de asistencia social en México, o
sea realizar un conjunto de acciones para mejorar las condiciones de vida de
las personas en situación de vulnerabilidad, se supone, el caso de Quintana Roo
es realmente excepcional.
Por todos lados se encuentran personas
en esas o peores circunstancias en la calle, pero del DIF sólo se conocen
suntuosidades, carros elegante o funcionarios con mucha lana porque, en
términos generales, se suele colocar al frente a la pareja o cónyuge de los
gobernadores o del presidente de la República, dado que, se supone, son cargos
honoríficos.
De ahí que mucha gente suela denominarlo
como institución, cuando que, en realidad, es una dependencia más de gobierno,
con presupuestos reales que conocen los mandatarios y toleran su libre
ejercicio -y los presidentes del DIF-, junto con los innombrables ingresos de
sus funcionarios, a lo que se suman sus inconfesables ejercicios
presupuestales, como es el caso del DIF-Quintana Roo.
Pero aquí no crea Usted que el cónyuge
de la gobernadora Mara Lezama, Omar Terrazas García, se dignó colocarse al
frente, en la presidencia, sino que prefirió dedicarse a buscar las luces de
los reflectores como artista.
Quien
dio la cara por él, mejor dicho, a quien prefirió la mandataria, es Abril
Cristina Sabido Alcérreca, a quien nombró en septiembre de 2022 como directora
general, y apenas lo puso en sus manos, le triplicó el presupuesto, de 550
millones de pesos en 2022, a mil 580 millones en 2023, mientras el año anterior
disminuyó a mil 490 millones, 90 millones menos.
Para
este 2025 le destinó 876.8 millones de pesos, o sea se lo redujo tras ser
exhibidos constantemente sus gastos, y no precisamente por aquello de una falsa
austeridad o porque los “maiceados” diputados locales se hubieran atrevido a
ser honestos, tras tolerar pachangas y sospechosas compras de juguetes.
En
efecto, como atinadamente consigna el portal de El grillo de Chetumal, con Abril
Cristina al frente del DIF-Estatal, y con su presidenta “honoraria”, Verónica
Lezama Espinosa, casualmente hermana de Mara Lezama, proliferaron los contratos
para la compra de juguetes de dudosa calidad, así como la imposibilidad de determinar
si se entregaron en las cantidades estipuladas, y menos de rastrear su
recepción o entrega.
Así,
entre los contratos de la primera, destaca el celebrado con Devante
Comercializadora de Suministros, a la que pagó 12 millones de pesos por
juguetes para el Día de Reyes 2024, mientras que este año cambió de proveedor, con
Gluckli, SA de CV, por 11.9 millones.
El
común denominador de los contratos es que no especifican el tipo de juguetes,
características, calidad ni marca. De manera genérica, el contrato de 2024 sólo
dice que se entregaron 7 mil 500 juguetes de niña y un número igual para niños,
lo que se repitió este año, cuando Gluckli supuestamente entregó igual cantidad
para niñas y para niños.
Aunque
el DIF negó vía “transparencia” contar con algún contrato de compra de juguetes
en 2025, existen copias del mismo. El de Devante Comercializadora de
Suministros se firmó el 5 de enero, es decir, un día antes de entregarlos.
El
mayor gasto fue en la compra de los 7 mil 500 juguetes de niña, cada uno con un
costo de 577 pesos, para un total de 4.3 millones de pesos, y otro tanto para
niños con el mismo valor y costo. En total, el DIF gastó 8.6 millones en
juguetes “genéricos”, además de recibir bicicletas, carros eléctricos y
scooters.
Cabe
señalar que el primer contrato fue por adjudicación directa, a esa empresa
constituida en diciembre de 2020 ante el cuestionado notario público de
Campeche, Jaime Antonio Boeta Tous, denunciado por estar involucrado en la venta
fraudulenta de terrenos en Tulum y con domicilio en una casa abandonada.
Por
su parte, en el segundo contrato se repite el esquema, aunque la empresa anexó
fotografías de los juguetes, a simple vista baratijas chinas.
En
respuesta a solicitud de información 231413800000425, el 5 de febrero último, DIF-Estatal,
con todo, negó la adquisición de juguetes y la existencia de algún contrato,
según Gloria Verónica Buenfil Silva, directora de Recursos Materiales de la dependencia:
No
obstante, la propia funcionaria firmó el segundo contrato, con lo que se
refuerza la hipótesis de que el DIF desvía recursos a través de un esquema que
incluye la supuesta compra de bienes de los que no se detalla calidad y de los
que es imposible rastrear su entrega. Otra funcionaria que firmó el contrato es
Verónica del Pilar Zavala Pérez, el 3 de enero último, para que los juguetes se
entregaran dos días después.
Ahora
bien, Gluckli es una sociedad constituida en diciembre de 2009 en la Ciudad de
México, y ha recibido múltiples contratos con dependencias de la capital del
país y el Estado de México, por lo que en 2024 es del padrón de proveedores del
municipio de Tlalnepantla, donde provee artículos de limpieza, uniformes,
refacciones y productos farmacéuticos, y su “versatilidad” le ha permitido
proveer también maquinaria y equipo industrial, así como equipo de
administración y “equipo” de construcción y herramientas.
Hasta ahí las cosas en torno a “juguetilandia”, aunque a
ella se agrega nueva, bien documentada denuncia del portal Información sin
límite Quintana Roo, en el sentido de que Mara Lezama gastó más de 7.3 millones
de pesos para divertir a sus amistades con impuestos de los quintanarroenses, a
través del DIF-Estatal.
Al igual que en el caso anterior, subrayó que, Abril Cristina
y Verónica Lezama, bajo protección de Mara Lezama, han hecho de las finanzas
del DIF-Estatal un “barril sin fondo” y aprovechado su cargo, como en otras
administraciones, divirtiéndose a costillas de los quintanarroenses.
Con
el pretexto de recaudar fondos, que sabrá Dios cómo y en qué se invierten,
Abril Cristina inyectó más gastos a los bailes desde su arribo a la dependencia,
aunque presume que los ingresos son para supuestos programas de asistencia
social y cubrir las necesidades de casas-hogares, pero, por lo que se ve, le
sale más caro el caldo que las albóndigas.
Por
ejemplo, el año anterior el DIF gastó 9.4 millones de pesos para ese “baile”, de
los que sólo consiguió recuperar unos 1.4 millones, mientras que este año el
mismo chiste costó a los quintanarroenses ¡más de 7.3 millones!, de los que se
recuperaron 1.5 millones, con una pérdida de ¡más de 5.7 millones de pesos!
Tan
sólo para el "Baile de la acuarela 2025”, el DIF-Estatal gastó 3.9
millones de pesos en servicio artístico, según oficio SDIF/DOGSDIF/SDGAA/DR MSGA/DAD/0668/2025,
mientras que, bajo oficio 0669/2022, erogó poco más de un millón de pesos para
servicio de “Rider”.
Asimismo,
por adjudicación directa, contrató servicio de hospedaje, vuelos, transporte,
catering y camerinos por casi 2.4 millones de pesos, a lo que habría que
sumarle la renta del local donde se organizó el evento y la compra de
bocadillos y bebidas.
Lo
que es peor, este baile lo organizó el Gobierno del Estado para diversión de un
grupo élite, pues, por venta de bocadillos, sólo se recuperaron 13 mil pesos, y
en la de mil 414 boletos, 1.5 millones, aunque, como bien señala Información
sin límite, tiembla la mano a los organismos fiscalizadores para auditar estos
recursos, y a la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, investigar lo
desvíos del DIF-Estatal.
Titulado como Licenciado en Derecho en la Universidad Autónoma de Yucatán, cuenta con siete Diplomados, tres de ellos en materia de Juicio de Amparo (2017, 2019 y 2021), Derechos Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; y Acceso a la Justicia en Materia de Derechos Humanos, así como con más de 75 Seminarios, Talleres, Cursos y Conferencias.
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