En
primera fila
“Guante blanco” contra EPN
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Polémico
por su contenido y por la persona ante quien se dirigió, el presidente Enrique
Peña Nieto, un mensaje del senador del
PRD Zoé Robledo Aburto durante la sesión solemne del Senado del lunes último ha
sido uno de los más comentados en los últimos días.
En
contraste, no existió ninguna represalia como con una socióloga de la UNAM (Erika
Barrón), expulsada el miércoles de una reunión del Consejo Nacional
Agropecuario por decirle al mandatario en un escrito pedir perdón por el caso
de Ayotzinapa y los 43 normalistas desaparecidos en septiembre.
El
mensaje de Robledo Aburto, a quien presentó su correligionario Miguel Barbosa
Huerta como representante de la Cámara de Senadores, fue con ocasión de la
entrega de la medalla “Belisario Domínguez” al escritor chiapaneco Eraclio
Zepeda Ramos, “Don Laco”.
Imagínese
el escándalo y trascendencia del caso, pues entre los asistentes también se
incluían el Ministro Alberto Pérez Dayán, representante de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación; el diputado Tomás Torres Mercado, vicepresidente de la
Cámara de Diputados; el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello; el jefe
de gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera; y el secretario de Gobernación, Miguel
Ángel Osorio Chong.
Ovacionado
pese al controvertido texto, Robledo Aburto recordó que en 1956, el Senado entregó
la Medalla al “Doctor Atl”, seudónimo del destacado paisajista jalisciense Gerardo
Murillo Cornado, y desde entonces no se le había entregado a un mexicano, en
esta ocasión con un sobrenombre más conocido que el nombre.
Con
un texto bastante prolongado, la versión textual del menaje expresa que Eraclio
es “Laco” y que así le dicen sus abundantes amigos “y sus lectores que muchas
veces terminan convirtiéndose en nuevos amigos. Incluso, se ha llegado a pensar
que Eraclio es sólo un invento de Laco.
“Como
el personaje Juan Rodríguez Benzulul, el nombre de Laco ha cobrado fuerza
literaria y autoridad moral. Los nombres, según este magistral cuentista y
cuentero, son importantes, por eso Laco pesa tanto como Eraclio. Para hablar de
Laco, Zepeda decidió acudir a diversos amigos y colegas de él para que fueran
ellos quienes hablaran de su persona.
“De
Laco, dice Octavio Paz: La primera y única vez que vi a Eraclio Zepeda me
pareció una montaña. Si se reía la casa temblaba, si se quedaba quieto veía
nueves sobre su cabeza, es la quietud, no la inmovilidad un signo fuerte. La
tierra áspera que esconde tesoros y dragones, el lugar donde viven los muertos
y los vivos guerrean.
“De
Laco, dice Juan Rulfo: Quien lee a Eraclio Zepeda siente la ternura que él
lleva en su corazón, un hombre que expresa ternura, que sabe desarrollar y
desenvolver, y sobre todo expresar la ternura tiene que crear ternura.
“De
Laco, dice Rosario Castellanos: En su literatura hay una conciencia vigilante
que no quiere quedarse las meras imágenes de las cosas, que quiere tocar
raíces, que quiere tocar su testimonio en el sitio que le corresponde dentro
del conjunto de datos, que sobre Chiapas se han ido reuniendo.
“De
Laco, dice Emmanuel Carballo: Es un joven, bueno, lo dijo en 1961, es un joven
que ve con amor y solidaridad los problemas humanos, sus cuentos, además de
arte, son documentos.
“De
Laco, dice el argentino Mempo Giardinelli: Sus cuentos hay que leerlos de pie.
“De
Laco, dice el peruano Bryce Echenique: Eraclio Zepeda, el mejor cuenta cuentos,
el más grande y generoso narrador oral que hay en el mundo, y de ellos, de los
narradores orales, es el reino de los cielos.
“De
Laco Zepeda, dice Vicente Quirarte: Cuando se lo ha exigido México ha ocupado
cargos de responsabilidad pública y ha enfrentado esperezas de quienes no
recuerdan con la frecuencia y con la intensidad de vidas una frase lapidaria de
José Martí: Quienes no tienen el valor de sacrificarse han de tener al menos el
pudor de callarse frente a los que se sacrifican.
“De
Laco, dice Federico Reyes Heroles: Como mexicano qué orgullo que Eraclio
Zepeda, el poeta, el cuentero, el cuentista, el antropólogo, el historiador, el
hombre de compromisos reciba el merecido honor, de la presea de su paisano
Belisario Domínguez. Don Belisario estaría muy contento.
“Y
estamos muy contentos, porque Eraclio le añade bondad a sus ideas. Él es un
hombre que convence sin agredir, y convence desde las más diversas trincheras.
Bien decía Eraclio Zepeda, que lo único que le faltó en la vida fue ser
sacerdote y cosmonauta, y que lo segundo le sería imposible porque él no podría
estar lejos de la raza humana.
“A
los diez años de edad dirige en Tuxtla el periódico Alma Infantil, y es el
único periodista del Estado que consigue una entrevista, y también un beso de
la actriz Amanda del Llano.
“A
los 20 años escribe Benzulul un libro de cuentos que nació siendo un clásico de
su género. A esa edad viaja a Cuba para impartir clases, y estando ahí lo
sorprende la Invasión de Bahía de Cochinos. Eraclio se enlista como miliciano y
toma parte en el combate, es un privilegiado testigo del momento en el que un
tanque cubano lanza un cañonazo sobre el barco de los contrarrevolucionarios.
“El cañón del tanque era operado por Fidel Castro. El que
manejaba el tanque, nos cuenta Eraclio Zepeda, era un taxista de La Habana.
Forma parte, junto con Juan Bañuelos, Oscar Oliva, Jaime Augusto Shelley y
Jaime Labastida de un grupo poético fresco, lleno de intuiciones, de crudeza y
de compromisos, La Espiga Amotinada.
“Es profesor de español en China, es corresponsal de Prensa
en Moscú, amigo y colega de Pablo Neruda. Regresa a México e integra la
Dirección Colectiva de la Revista Cambio, junto con Juan Rulfo, Julio Cortázar
y José Revueltas. A los 50 años de edad es el único mexicano que se ha convertido
dos veces en Pancho Villa para el cine Reed: México Insurgente, y para la
película Campanas rojas.
“A
los 60 fue Director de radio UNAM y Embajador de México ante la UNESCO; y a los
70 años acude a un nueva trinchera, una trinchera, que es la novela, destino
que ya le había sido advertido de joven a él por Alfonso Reyes, y cuya
recomendación no puedo repetir en esta tribuna.
“El
escrito chiapaneco es un referente como militante de la Izquierda Mexicana, y
lo es como legislador, lo es como tribuno, lo es como funcionario y como
candidato a la Presidencia. Milita en el partido comunista, funda el Partido
Socialista Unificado de México, por ese partido es electo diputado, y con
Heberto Castillo da vida al Partido Mexicano Socialista, y apoya la candidatura
de Cuauhtémoc Cárdenas. Es fundador y militante del Partido de la Revolución
Democrática.
“Laco
Zepeda no se ha dedicado a pontificar, ha estado en los tiempos y en las
circunstancias de desafío con la entereza y con la buena calidad ética, que es
el rasgo característico de todos aquellos que empatan su nombre con el de
Belisario Domínguez.
“Ha
sido coherente en su apuesta por una izquierda crítica, una izquierda pensante,
y sobre todo, una izquierda democrática.
“En
él no hay ningún fundamentalismo ni ninguna actitud acomodaticia; es un
militante ejemplar y un amigo de la diversidad en las militancias políticas, un
poeta, como lo dijo alguna vez Octavio
Paz: ‘…No puede comportarse de otra manera…’.
“Eraclio
Zepeda es un prodigio de la charla, y es un gran dialogador. Cree en el diálogo
y lo practica de manera transparente y vertical.
“Hace
veinte años cuando Chiapas tuvo el desafío de ser la casa de todos o no serlo
de nadie, Eraclio Zepeda puso sus sabidurías y sus saberes al servicio de la
paz de su tierra.
“Eraclio
Zepeda sólo tuvo que seguir el ejemplo de Belisario Domínguez como un
hombre de palabras libres.
“En
la obra de laco Zepeda hay un personaje que puede servirnos para reflexionar en
torno a las circunstancias actuales de la nación. Se trata de Pacífico Muñoz,
don chico, que es el protagonista de una de sus historias; don chico que vuela.
“Don
chico era un hombre sencillo y obstinado que se molestaba ante las dificultades
para visitar pueblos lejanos. La patria de don chico era una de montañas escarpadas,
de ríos traicioneros y de caminos muy angostos. Por eso, don chico pensaba que
caminar era inútil, el ir a caballo era simplemente una tontería; lo
indispensable en esas tierras, era volar.
“La
idea del vuelo se le fue arraigando en la cabeza como un sombrero de ensueños,
hasta que un día con la firmeza que da el total convencimiento anunció: ‘…Señoras
y señores: Voy a volar…’ Y puso manos a
la obra.
“Tras
intensas reflexiones y cálculos matemáticos construyó sus alas de carrizo y de
palma, cuando quedó todo listo, el navegante hizo saber que volaría al cielo.
“El
problema fue que al saber que don chico iría al cielo, comenzaron a hacerle
muchos encargos, le pidieron que llevara queso, que llevara trago, que llevara
café a los difuntos.
“Rápidamente
fue creciendo el volumen de dulces, de tostadas, de sandías, bueno, hasta algún
animalito; después de todo, la mayor parte de los amigos, y de los vecinos de
don chico tenían por ahí algún alma que se había quedado con el antojo.
“Entonces,
llegó el gran día, y don chico subió al campanario de la iglesia para emprender
el vuelo; pero la carga excesiva lo evitó, el hombre volador se desplomó, y la
tragedia se consumó de inmediato.
“Alguien,
de entre los mirones pronunció una frase
misteriosa y lapidaria, lo mató el sobrepeso, si no fuera por los encarguitos,
don chico, vuela. Hasta aquí laco Zepeda”.
La controversia surge cuando opina que surge una
interrogante, no hay una similitud entre nuestro país y don chico, ya que
México varias veces ha querido levantarse y volar, pero ha habido mucho
sobrepeso, sobrepeso como las instituciones extractivas que han arraigado un
estado permanente de desigualdades totales: desigualdad en la concentración de
la riqueza; en la distribución del ingreso; ante la ley; en la calidad de los
servicios y el ejercicio de los derechos políticos.
Agregó
que otro de esos “encarguitos” ante los ojos de la sociedad, uno muy pesado, es
nuestra clase política que, como las sandías y quesos en la historia de laco,
no nos ha permitido emprender un vuelo histórico digno de nuestra nación.
“Nuestra
clase política es la que incluye los integrantes de los tres Poderes, que pocas
veces ha estado a la altura por diferentes circunstancias. Nuestra clase
política que ha ido acumulando intereses, que, como los dulces y frutas de don
chico, constituyen una carga pesada que es necesario y urgente eliminar”.
Hoy,
hay una crisis de credibilidad que parece abonar esta propuesta: Que se vayan
todos, apuntó.
No
obstante, dijo no compartir esa propuesta y ser un convencido de la dinámica
creadora de la política, “pero ésta para echarse a andar debe de partir de una
autocrítica honesta y rigurosa para remontar las dificultades, el único camino
es la política, pero una política como la entendida por don Belisario
Domínguez, la práctica cívica por excelencia”, opinó.
“Por eso, empecemos ya, Más democracia para resolver los
problemas de la democracia; una democracia realmente participativa y ciudadana
como el mayor contrapeso al abuso de poder.
“Empecemos
ya, porque no puede haber democracia sin partidos; pero no puede haber partidos
sin confianza ciudadana, y sin representación efectiva.
“Empecemos
ya saneando los mecanismos de acceso al
poder para que no se haga política con dinero ni dinero con la política.
“Empecemos
ya con funcionarios públicos sensibles, humildes, convencidos de su
responsabilidad y de su deber en la rendición de cuentas.
“Empecemos
ya entendiendo que el poder no es patrimonio personal de los políticos ni
licencia de impunidad ni patente de privilegios. Es hora de ponerle fin al
fuero, empecemos en nuestra casa, empecemos por los legisladores.
“Empecemos
ya, entendiendo que sin transparencia no hay democracia, asumamos tres
compromisos, tres compromisos en los tres Poderes y los tres niveles de
gobierno: declaración patrimonial en la
inversión pública; declaración de impuestos de los últimos cinco años; y
declaración de intereses, empecemos ya.
“Si
no lo hacemos, si no lo hacemos, abrimos”,
concluyó.
Fue un duro señalamiento con el índice de fuego para Peña
Nieto, una cachetada con “guante blanco”. Quizá por ello no fue expulsado a
rastras por el Estado Mayor Presidencial como a Erika Barrón.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana
Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información,
editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido
como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes municipales,
y publicado tres libros.
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