En
primera fila
El “ajonjolí” presidencial
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
En
su intento por hacerlo de la manera más inadvertida, la coordinación de la
Cámara de Diputados entrevistó el lunes anterior -a unas horas de Nochebuena-
al cuestionado titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, a efecto de “aclarar”
el sospechoso caso de la suspensión de la licitación del proyecto del tren
rápido México-Querétaro, pero el tiro se le salió por la culata.
Para
su mala suerte, lejos de “lavar” la imagen del presidente Peña Nieto y la
esposa de éste, el evento sólo sirvió de marco para embarrar la “imagen” del
propio Ruiz Esparza y poner de manifiesto la serie de complicidades de partidos
para proteger al mandatario, irónicamente, encabezados por el que se
consideraba “adalid” anticorrupción, el PAN.
En
efecto, en ausencia del PRD, los únicos partidos que se mostraron como
auténtica oposición fueron el del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano que, hoy
de entredicho por su cambio de coordinador, sin embargo, comprobó ser uno de
los principales defensores de las causas populares y se perfila como primer
proveedor de luchadores del nuevo movimiento Morena.
Tras las explicaciones de la subsecretaría de
Transporte, el director de Transporte Ferroviario y de Ruiz Esparza, el
diputado de MC, Ricardo Mejía Berdeja, las calificó de verdaderamente
inverosímiles y ridículas porque, según ellos, todo estuvo bien hasta la
licitación y nada estuvo fuera de norma, pero de repente cancelaron la
licitación, aunque hoy le dicen eufemísticamente que no firman para efectos
prácticos.
Y
es que así lo anunciaron en boletín del 6 de noviembre, cuando dijeron cancelar
la licitación porque, supuestamente, una senadora del PAN, la más poderosa del
país, dijo que no iban a darles presupuesto, lo que es absurdo, ya que el PRI y
aliados tienen mayoría en la Cámara de Diputados para aprobar recursos, aunque,
ante la actitud que exhibió el diputado panista Rafael Acosta Croda, es
evidente que su partido está coludido con el PRI.
La
realidad es que el tema de fondo es la corrupción, lo que provocó crear la
comisión, donde el MC planteó ampliar facultades para revisar todos los
contratos del Grupo Higa y la operación donde se advirtió conflicto de
intereses, ya que la empresa interviene con la esposa de Peña Nieto.
Ese
fue el tema que motivó la creación de la comisión y todo quedó en una comisión
especial México-Querétaro, pero cerca de 200 firmas demandan una comisión de
investigación, y no se piensa quitar el dedo del renglón porque desde el
principio se advirtió que detrás de toda operación de la Presidencia en comprar
están los negocios, pues lo que la mueve es la corrupción, los negocios, y
quien está de entredicho es el propio Peña Nieto.
¿Cómo
es posible que una de las empresas que participaba en el consorcio para el
proyecto del tren, el Grupo Higa, sea la misma que financia las casas de la
esposa presidencial y del secretario de Hacienda, Luis Videgaray? ¿En qué país
del mundo pasa eso? Imagínese usted que una empresa contratista del gobierno de
Estados Unidos financiara la casa de la esposa de Obama o al secretario del
Tesoro ¡Ya hubieran renunciado ambos!
Aquí
quieren convencer de que todo estuvo bien. Ah, pero como una senadora panista supuestamente
dijo que iba a haber problemas con el presupuesto, repentinamente hubo “sensibilidad”
y detuvieron la obra, sin que “nada tuviera que ver” la esposa de Peña Nieto y
su “Casa Blanca”.
Desde
un principio se denunciaron los contratos al grupo OHL, donde fueron miembros
del Consejo de Administración Emilio Lozoya, hoy director de Pemex, y el
director corporativo de Finanzas de éste, Mario Alberto Beauregard Álvarez,
pero esa empresa, junto con Higa, con Alcántara, con las empresas de Carlos
Hank y otras, siempre ganan los contratos más jugosos.
En
reunión anterior, se dijo que SCT ha licitado por más de 200 mil millones de
pesos. De acuerdo, pero tan sólo Higa, sin la operación fallida del tren rápido,
ha ganado casi 100 mil millones de pesos de este gobierno: 47 mil millones del
Acueducto Monterrey VI, mil millones de la remodelación del hangar presidencial,
y le iban a dar 50 mil 800 millones de pesos junto con este consorcio para el
tren México-Querétaro.
Lo
que realmente se advierte es contratismo, privilegios, tráfico de influencia y
sólo unos cuantos ganan los contratos en este gobierno que, entre comillas, podrá
estar revestidos de legalidad, pero en realidad nadie duda que sean operaciones
amañadas, donde reparten una obra para uno, no concursan los otros y por eso dicen
que nadie se inscribe y que sólo son dos o tres, porque, por ejemplo, en el
tren México-Toluca va nuevamente OHL.
Sospechosamente,
en su currículum exhibe varias obras entre el 2005 y 2011, durante la gestión
del propio Ruiz Esparza como secretario de Comunicaciones del gobierno del
Estado de México, y prácticamente todas fueron para OHL, la misma empresa que
ha venido ganando contratos junto con el Grupo Higa en el gobierno de Peña
Nieto.
Entonces,
la comisión especial sólo tendrá importancia si se analiza el tema del evidente
conflicto de interés, ya que Ruiz Esparza dijo que, en su primer discurso como
presidente, Peña Nieto habló de la obra México-Querétaro, con lo que aplicaría
el artículo 51 de la Ley de Obras Públicas, que dice que las dependencias y
entidades se abstendrán de recibir proposiciones o adjudicar contratos en las
materias a que se refiere la ley con los siguientes:
Aquellas
en que el servidor público que intervenga en cualquier etapa del procedimiento
de contratación tenga interés personal, familiar o de negocios, incluyendo
aquellas de las que pueda resultar algún beneficio para él, su cónyuge -subrayado,
“su cónyuge”- o sus parientes consanguíneos o por afinidad hasta el cuarto
grado, o civiles…”.
Y
si esta obra, como dijo Ruiz Esparza, era prioridad de Peña Nieto, éste tenía
un interés marcado, y Ruiz Esparza es subordinado del Ejecutivo, que lo nombra,
según la Constitución, porque aquí no interviene el Congreso, y en la obra
donde interviene el consorcio se incluye una empresa que tiene negocios con la
esposa del presidente ¿Existe o no conflicto de interés?
En
nuestra opinión sí, porque Ruiz Esparza es subordinado del presidente, y la
esposa de éste tiene operaciones comerciales inmobiliarias con una de las
empresas del consorcio, y aquí no se descalificaría, en principio, a las
empresas extranjeras, pero lo raro del caso es que Grupo Higa es “ajonjolí” de
todos los moles en las contrataciones.
Así,
lo mismo aparece en el Acueducto Monterrey VI, que en el tren México-Querétaro,
en hospitales, y por eso se ha llegado a afirmar de que existe la presunción de
que Juan Armando Hinojosa es “prestanombres” de Peña Nieto, ya que aparece en
cualquier operación aparecen el Grupo Higa u OHL, con lo que se trasladaron
funcionarios y empresas beneficiadas del sexenio 2005-2011 del Estado de México
al gobierno federal, porque cuando Ruiz Esparza fue Secretario de
Comunicaciones, una de las grandes empresas favorecidas fue precisamente OHL.
Verá
Usted. OHL hizo el circuito exterior mexiquense, la ampliación del aeropuerto
de la ciudad de Toluca y el viaducto Bicentenario, mientras el Grupo Higa, otro
de los principales contratistas del gobierno del Estado de México, hizo el
Hospital Regional de Zumpango, dio mantenimiento a la autopista
Toluca-Naucalpan, hizo el distribuidor vial de Naucalpan, la autopista
Toluca-Atlacomulco y el estacionamiento del aeropuerto de Toluca, entre otros.
Es decir, no hay “casualidades”.
OHL
no tenía el volumen de contratos del gobierno federal, pero ahora lo tiene. No
era contratista de Pemex, llega Emilio Lozoya, que era miembro de su Consejo de
Administración, y OHL empieza a recibir contratos.
Lo
que está en el fondo es el tema de la corrupción, y la SCT puede tratar de “embarnizar”
de legalidad esas operaciones, pero la realidad es que está favoreciendo a un
puñado de empresas y grupos que han favorecido el proyecto de Peña Nieto.
Los
mismos aviones presidenciales de la campaña eran de una empresa de Juan Armando
Hinojosa. Entonces, no parece convincente la SCT, y menos cuando dice que los
chinos no reclamaron gastos. O sea, más que significar un asunto de
transparencia, propicia mayores sospechas, ya que, nos preguntamos, ¿Quién
regala su dinero? A menos, claro, que le hayan dicho “aguántate ahorita porque
ya vendrán otros contratos”.
Lo
que realmente detonó la cancelación del proyecto fue el descubrimiento de que
Grupo Higa había financiado la “Casa Blanca” de Sierra Gorda 150. Y no pocos
sostienen esa versión, la misma que cree todo el pueblo de México.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana
Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información,
editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha
fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes
municipales, y publicado tres libros.
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