En
primera fila
Resurge “cuarentón” laboral
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Creado
el 2 de mayo de 1974 por decreto presidencial, como respuesta del Gobierno Federal
a las demandas obreras, el Instituto del Fondo Nacional para el Consumo de los
Trabajadores (Fonacot), organismo descentralizado de la
Secretaría del Trabajo y Previsión Social, resurge como alternativa frente a
las grandes empresas que esquilman a la clase trabajadora.
Estos
son los casos de las tiendas Elektra y Coppel que, de relativo reciente
establecimiento en Chetumal, pero regadas a lo largo y ancho de todo el país,
prácticamente lucran con la necesidad de millones de trabajadores y han llenado
sus arcas a través de las necesidades del pueblo.
Con
la reciente aprobación de un proyecto de decreto que reforma y adiciona
diversas disposiciones de la ley del Fonacot, se modificarán diversas
disposiciones de apoyo a los trabajadores respecto a los créditos que otorga.
Ahora
con poco más de 40 años dedicados a otorgar créditos a los empleados afiliados
al IMSS, ISSTE o alguna institución de seguridad social del sector privado y
público con objeto de mejorar la economía de los trabajadores, ofrece créditos a
tasas blandas y hasta con 36 meses de plazo para liquidar el pago de bienes y
servicios a baja tasa de interés.
Tras
la aprobación de la nueva ley en la Cámara de Diputados y pasar al Senado para
efectos constitucionales, el Fondo otorgará durante la próxima Feria del Empleo
4 mil créditos por 50 millones de pesos a los trabajadores, cuyos requisitos
para acceder es mínimo un año de antigüedad laboral y que la empresa esté
afiliada. Los montos varían según ingresos mensuales.
Es
cierto que existen necesidades más relevantes que créditos en bienes o
servicios, como el incremento del salario mínimo, un mayor número de empleos,
erradicar la desigualdad de géneros o implementar centros de trabajo para
personas de la tercera edad, pero es un gran avance.
Así,
entre otros, es necesario modificar las leyes a fondo para permitir el pleno
ejercicio de las personas en materia laboral, así como seguir avanzando como
país, como la aprobación histórica de la desindexación del salario mínimo para
vincular éste como unidad de cuenta.
Vivimos
en un país con profundas desigualdades, sumido en la miseria y la pobreza,
donde los trabajadores del campo no cuentan con las más mínimas garantías y
todo el sector indígena está en el abandono y total olvido, pero se habían demorado
los legisladores en reformas de este tipo y fortalecer instituciones como
obligación.
Entre
otras ventajas de la reforma, se incluye permitir restablecer equilibrio en la
economía de los mexicanos, desde garantizar mejores condiciones de trabajo,
crédito y valores relacionados con el financiamiento, hasta realizar estudios
socio-económicos y allegarse de recursos que le permitan minimizar el costo de
éstos en beneficio de los trabajadores.
Millones
de trabajadores cuyos ingresos no alcanzan para cubrir sus necesidades básicas,
atraviesan por una grave situación, y no se diga de sus familias, pues la
pérdida histórica del poder adquisitivo del salario es de hasta un 75% por los
cerca de 35 años de estancamiento del reparto inequitativo de la riqueza.
Aunado
a ello, repetimos, empresas como Elektra y Coppel lucran con la necesidad de
millones de trabajadores y llenan sus arcas con las necesidades de éstos.
Ya
era hora de fortalecer al Fonacot y mejorar las condiciones de los trabajadores.
Ahora con mayores atribuciones, podrá realizar cobranzas y negociar deudas,
otorgar beneficios en el cobro de éstas y, con un manual de crédito, contar con
una vía para emplear los créditos.
Ahora
será labor de los trabajadores y del Gobierno Federal exigir a los patrones
afiliarse al Infonacot. Dejar de hacerlo para evitar beneficiar a los
trabajadores, sería un acto casi criminal, aunque no sólo es obligación del
Ejecutivo y Legislativo buscar aumentar el poder adquisitivo del salario, sino
también de la sociedad, patrones y empresarios.
A
todos corresponde hacer realidad que la gente goce de los derechos humanos
emanados de la Constitución, en el sentido de tener casa y trabajo dignos, con
todos los servicios, donde no se les esquilme mandándolos y enriqueciendo a
empresas como Elektra y Coppel, que cobran hasta cinco veces las deudas.
En
efecto, no se debe permitir que la población siga cayendo en manos de estos
empresarios irresponsables, pues, tal y como ha comentado en reiteradas
ocasiones el jefe de Gobierno del Distrito, Federal, Miguel Ángel Mancera, el
salario mínimo está muy lejos del nivel que demanda la Constitución y es el más
bajo de los países miembros de la OCDE.
Recién
aprobaron los diputados la desindexación del salario mínimo –hoy en manos de
los huidizos senadores-, y ahora se dio un nuevo acierto con esta modificación al
Fondo para respaldar la economía de la clase trabajadora.
La
universalidad del crédito comienza a ser una realidad, y de ahí la necesidad de
seguir impulsando mejores condiciones de vida a través de modificaciones de
esta naturaleza que fortalecen a los institutos.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana
Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información,
editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha
fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes
municipales, y publicado tres libros.
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