GOBIERNO, ¡SELECTIVO EN SALUD!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
La
discusión del dictamen con proyecto de decreto para adicionar la fracción
cuarta al artículo 464 Ter de la Ley General de Salud en materia de venta y
ofrecimiento de muestras médicas -a cargo del panista Mario Alberto Dávila
Delgado-, puso de manifiesto una serie de anomalías sobre ese renglón en la
Cámara de Diputados.
Duramente
cuestionado como negocio multimillonario que favorece al Partido Verde “Ecologista”,
con el que éste gana votos, espacios y dinero a raudales a costa de la
viabilidad financiera de las instituciones oficiales de salud, sin embargo, la
iniciativa terminó siendo aprobada por 335-51 votos -y 13 abstenciones-, y pasó
al Poder Ejecutivo para efectos constitucionales.
Conforme
el proyecto, al que se sumaron el PRD, PRI y, por supuesto, el Verde, a quienes
realicen las prácticas anteriores se les impondrá de uno a nueve años de cárcel
y una multa de 20 mil a 50 mil salarios mínimos vigentes en la zona económica de
que se trate.
Según
la diputada Luisa María Alcalde Luján, la comercialización de muestras médicas
es una conducta que debe perseguirse y sancionarse por representar una seria
amenaza a la salud, aunque no se puede atacar el problema sin entender sus
causas.
En
efecto, la pregunta obligada es ¿Por qué las personas adquieren muestras
médicas en los tianguis? Porque muchas veces es más rápido y más barato que
esperar a que un doctor del Seguro Social o ISSSTE les atienda o que surta esos
medicamentos a la clínica.
Así
pues, ¿A qué se debe todo esto? A que México poco invierte e invierte mal en la
salud de la gente. El gasto promedio de los países de la OCDE en el renglón es
del 9.7%, mientras que en nuestro país apenas llega al 6.2%, aunque Usted no lo
crea, una cifra menor a la Guatemala, Honduras, El Salvador o Vietnam, entre
otros.
Por
este motivo los hospitales públicos del país están rebasados. Cerca del 40% de
las cirugías programadas mensuales deben suspenderse por falta de equipos, equipos
obsoletos, salas de quirófano inadecuadas y falta de personal, por lo que sus
pacientes se ven en la necesidad de esperar hasta 8 meses para ser operados,
incluso por procedimientos graves.
A
esto se suma la enorme burocracia que enferma a esas instituciones de seguridad
social, donde el dinero que destinamos al sector en gasto corriente es tres
veces mayor que en países como Brasil, Ecuador, Nigeria e incluso Grecia, donde
durante muchos años se vieron obligados a recortar el gasto público social,
mientras que en México se ha perdido el poco dinero invertido.
Por
ese motivo los mexicanos siguen poniendo de sus bolsillos casi el 50% del gasto
en atención médica y medicamentos, cuando que el Estado debería garantizarlos
totalmente.
Ante
este panorama, con la saturación mediática que lo caracteriza, el Partido Verde
presume un supuesto compromiso de campaña relativo a los vales de medicina, esto
poco después de que gobierno introdujera de manera improvisada una estrategia
de salud con marcado sesgo político que demuestra su fracaso en el pasado.
Esta
estrategia sumará presión financiera a las instituciones de seguridad social y
pondrá en riesgo el abasto de medicamentos en los hospitales y clínicas del
Estado.
La
lógica es sencilla ¿Qué es mejor y más eficiente? ¿Que las farmacias privadas
surtan medicamentos a los pacientes al menudeo a través de vales? O que el
Estado los adquiera en grandes volúmenes directamente con los proveedores.
La
respuesta es obvia, pero la cadena operativa de abasto del país es un desastre,
tal y como ha reconocido el propio director del ISSSTE.
En
efecto, las instituciones públicas de salud pierden entre el 20 y 30% de
recursos destinados a la compra de medicamentos por un mal manejo
administrativo, logístico y operativo de abasto.
Resulta
totalmente inadmisible que existan almacenes rebosantes de medicamentos caducos
y almacenes que a duras penas tienen “paracetamol”, o que, debido a solicitudes
de compras extemporáneas, retrasos en la entrega, inventarios desactualizados o
licitaciones inconclusas, los mexicanos sigan pagando lo que por ley NO
deberían.
Sin
embargo, también es inadmisible que el Estado prefiera un paliativo en lugar de
una curación efectiva y, en vez de poner
orden en casa y componer la cadena de fallas administrativas y burocráticas que
ocasiona el desabasto, ingenie ocurrencias por las que acabemos pagando más del
doble por medicamento.
Los
principales afectados de esta criticable política serán el ISSSTE e IMSS, cuyas
finanzas son de por sí críticas, pero ¿Quiénes serán los grandes beneficiados? Desde
luego que no la gente, sino las grandes farmacias privadas, especialmente
cadenas como Farmacias del Ahorro y Similares que, “casualmente” pertenecen a
la familia González Torres, la misma del “Niño Verde” y de muchos legisladores
y políticos del PVEM, que hoy promueve los vales de medicina como innovadora
política social.
El
negocio multimillonario está puesto para el Verde: Gana votos, espacios y
dinero a raudales, todo a costa de la viabilidad financiera de las
instituciones de salud del Estado.
Desde
luego que está práctica cuenta con la abierta complicidad de las autoridades
emanadas del PRI, y mejor prueba de ello es la candidatura del desconocido “Verde”
Remberto Estrada Barba para la diputación federal en el Distrito III de
Quintana Roo, quien será ratificado el próximo lunes 23 como abanderado de ese
partido en coalición con el PRI, que también apoyó en su momento la criticable candidatura
a senador del no-quintanarroense “Niño Verde”.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 37 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y
publicado tres libros.
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