México, ¡bañado de sangre!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
A
poco más de una semana de las elecciones más reñidas y controvertidas en la
historia de México, y a la luz de los datos más recientes en materia de
violencia, no podemos menos que externar nuestra más profunda preocupación por
el enorme deterioro que vive el país y el baño de sangre que sufren, entre
otros Guerrero, Michoacán y Jalisco, éste último gobernado desde el 2013 por el
priísta Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.
Sobre
los hechos que culminaron el 1 de mayo con la muerte de siete personas, entre
ellos tres militares, un helicóptero oficial derribado y 20 caminos bloqueados
en 20 municipios de Jalisco, los conocimos por los medios de comunicación, pero
muchos mexicanos lo vivieron por formar parte y vivir en la región de estos
hechos delictivos que los lastiman y lesionan.
El
PAN le arrebató Jalisco al PRI en 1995 y lo gobernó durante 4 sexenios
consecutivos, pero el tricolor recuperó el poder en 2013, en una administración
en la que han sido asesinados 102 funcionarios estatales y municipales, aunque
el periodo más trágico arrancó el 28 de febrero.
En
un hecho poco publicitado, la Marina detuvo ese día en el paradisiaco Puerto
Vallarta al líder de un cártel conocido
como “Los Cuinis”, mientras que el 9 de marzo ocurrió un hecho delictivo en el
que resultaron asesinados diversos policías de Jalisco.
Más
aun, el 31 de marzo sufrió un atentado el Comisionado de Seguridad Pública de
Jalisco, afortunadamente ileso, y el 6 de abril se vio con enorme preocupación
que 15 policías habían sido emboscados y asesinados, nuevamente en Puerto
Vallarta.
A
todo esto, el 8 de abril, en un hecho que generó ciertos reclamos, el
Departamento del Tesoro de Estados Unidos declaró que existían dos grupos
delictivos que gozaban de enorme poder en México, y hacía referencia a dos
cárteles que no habían sido mencionados con frecuencia anteriormente: Se
refería al de “Los Cuinis” y al Cártel Jalisco Nueva Generación.
Y
es que los norteamericanos ponían énfasis en dos elementos que caracterizan la
actuación de estos cárteles: Violencia y corrupción, que resultan profundamente
preocupantes y graves porque lesionan a la sociedad.
Tras
esta circunstancia, el 26 de abril fue asesinado en Zacatecas el abogado
Antonio de Jesús Diocleciano, a quien expertos en seguridad consideran
personaje clave en esta trama.
“Finalmente”,
el 1 de mayo se bloquearon 39 vías de comunicación. Varios Estados del
occidente vivieron hechos de violencia, en los que no sólo se incendiaron
gasolineras, sino también bancos y comercios, en una situación extremadamente
preocupante. Algo está pasando.
Desde
luego que debemos expresar nuestra simpatía y solidaridad con los miembros de
las corporaciones que han perdido la vida con sus familias, así como con los
miembros de las fuerzas armadas, aunque eso no resuelve el problema, pues algo
está mal y permite que la violencia continúe en el país.
Por
lo que toca al gobierno norteamericano, al menos respecto a las causas, no
podemos omitir el tráfico ilegal de armas a nuestra región, México, y Centroamérica,
especialmente Guatemala, El Salvador y Honduras, todos inundados de armas de
Estados Unidos, por cuya frontera atraviesan, pese a sus construcciones de
muro. Con todo, las armas están aquí y es uno de los elementos que contribuyen
a la violencia, pero no el único.
Inclusive,
los cerca de 9 mil puntos de venta de armas en la frontera México-Estados
Unidos y la industria armamentista norteamericana, con su enorme poder y
decisión de continuar con el negocio, hacen responsable a ese país, pero no
atienden toda la cuestión, incluso si se controlara el tráfico de armas, que
resulta insoportable.
Pero
no. Hay otras causas, entre ellas el tráfico de estupefacientes que continua
imparable, al igual que el ilícito negocio de las drogas.
No
pocas voces importantes plantean que debería haber una discusión sobre qué
hacer con los estupefacientes, pero no es suficiente tampoco, ya que, como
decía Shakespeare, cuando se habla de violencia y corrupción, algo está
podrido, algo está mal y tiene que revisarse e investigarse.
En
efecto, la política de seguridad nacional y las estrategias no han resuelto la
situación de inseguridad, deterioro y desastre en el país. Deber irse mucho más
allá, aunque resulta preocupante que estos hechos se den en un periodo previo a
las elecciones, ya que lo peor que puede sucederle a una sociedad, a la
ciudadanía, hombres y mujeres, es que haya temor y no salgan a votar con
libertad.
El
Estado mexicano tiene la obligación de garantizar las mejores condiciones para
que, en paz, en libertad y respeto, dependiendo de su libre voluntad, todos salgan
a votar el primer domingo de junio, y se discuta a fondo el problema de la
gravísima inseguridad que priva en el país.
Pese
a que comprometió su palabra en el sentido de que se resolvería este deterioro
gravísimo por el que atraviesa México, el gobierno de Peña Nieto no ha logrado
solucionarlo.
Finalmente,
consideramos pertinente que compareciera el Secretario de Gobernación ante la
Comisión Permanente del Congreso de la Unión, a efecto de analizar a fondo y
explicar -por lo menos a “su modo”- la situación de deterioro e inseguridad que
priva en México.
(Permitida la copia, publicación o
reproducción total o parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 38 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y
publicado tres libros.
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