¡“Zopilotes”, sobre Pemex!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
El secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, anunció
el lunes que la Comisión Nacional de Hidrocarburos aprobó la tercera
convocatoria de la Ronda Uno para la licitación de 26 campos petroleros, con lo
que empresas privadas, nacionales y extranjeras, así como Pemex, podrán extraer
reservas remanentes de hidrocarburos por dos mil 500 millones de barriles de
crudo combinado, es decir aceite y gas.
Lo anterior viene a colación con la aprobación de
un Acuerdo de la Junta de Coordinación Política de la Cámara -el 6 de abril
último-, el primero de cuyos puntos extiende sus condolencias a los familiares
y compañeros de trabajo de los cuatro trabajadores petroleros fallecidos el
primero de abril en la explosión de la plataforma Abkatún Permanente, en la
Sonda de Campeche.
En el segundo punto exhortó a la Secretaría del
Trabajo, Pemex, la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al
Ambiente del Sector Hidrocarburos y la PGR investigar las causas del incendio y
fortalecer la seguridad, higiene y prevención de riesgos y deslindar
responsabilidades.
Finalmente, exhortó a la propia Secretaría, Pemex, IMSS
y Comisión Nacional de los Derechos Humanos a velar por la tutela de los
derechos humanos de afectados y familias en materia de atención médica y
psicológica, subsidios, pensiones y jubilaciones.
Lo cierto es que criticar que se extendieran
condolencias a familiares y compañeros de los fallecidos; que se investigaran
imparcialmente las causas del incendio y aplicaran sanciones; y a que se velara
por la tutela de los derechos humanos de los afectados y sus familias, obvio
que no era justo.
Sin embargo, la Cámara sólo quería adormilar a la
gente, y a los diputados que, como es costumbre, van a echarse su siesta en la
Cámara, donde ni están vivos, ni están representando al pueblo.
En efecto, la catástrofe ocurrió en una plataforma
que procesa y separa el gas y petróleo que recibe desde otra plataforma
extractiva antes de enviarlo a tierra firme.
Se habló conservadoramente de cuatro muertos, tres
desaparecidos y 45 heridos, datos que Pemex habría hecho llegar a todo mundo, y
que ya no había problema. Pero no se habló del tema de fondo.
Los que propusieron el Acuerdo, sin embargo, habían
presentado otra propuesta que depuró la Junta de Coordinación, donde exhortaban
a Pemex a valorar la rescisión de los contratos con la empresa Cotemar S.A. de
C.V., que está detrás de la explosión, pero ni siquiera ese era el problema de
fondo.
Éste es que una vez pasada la Ronda Cero e iniciada
la Ronda Uno, Pemex lanza a las primeras licitaciones de nuevos contratos para
exploración y extracción de hidrocarburos previstos en la reforma aprobada para
entregar el petróleo de México a los inversionistas privados del país y, sobre
todo, los del extranjero que están “zopiloteando” nuestro petróleo.
Como producto de esto, ya está la primera licitación
de aguas someras, la CNH-R01-LO01 del 2014. Imagínese cómo andan los “zopilotes”
para que vea Usted si el petróleo no es negocio: 49 empresas mostraron interés,
41 solicitaron acceso al cuarto de bases; a 39 se autorizó a acceder a éste, y
33 han iniciado el proceso de precalificación.
¿Por qué ahí y por qué en esa plataforma ocurrió el
accidente?
Muy sencillo: Es la principal plataforma en
producción de aceite y gas, la que lidera la producción y se ubica en una
cuenca petrolera rica en aguas someras de esta propiedad de la nación que el
Congreso entregó a los inversionistas privados.
Si fueran consecuentes, ante la catástrofe de la
plataforma Abkatún Alfa, el punto de acuerdo debió exhortar a la Secretaría de
Energía, pero a cancelar la licitación y apertura de la Ronda Uno, donde se
pretende entregar las aguas someras en el litoral de Tabasco, Veracruz y el
propio Campeche.
Lo que hicieron fue acelerar el proceso de despojo
de nuestros recursos naturales a costa de la vida, desaparición y accidentes de
trabajadores mexicanos, porque, obviamente, las medidas de seguridad son
ínfimas, menores, y de eso sólo hubo retórica legislativa en la Cámara.
Ojalá hubieran tenido valor los partidos que propusieron
el punto de acuerdo de pedir la cancelación de la Ronda Uno, a ver si realmente
se preocupan por el pueblo.
Ante este escenario, cabe mencionar que México cuenta
con más de 100 plataformas marítimas en las que alrededor de cinco mil personas
viven en forma permanente. Con frecuencia las instalaciones son verdaderos
conjuntos modulares de varias plataformas, una principal y otras satélites.
En algunos pozos predomina el petróleo, pero
siempre con algún porcentaje de gas, entre otros. Esta característica geológica
obliga a separar en las instalaciones oceánicas ambos tipos de hidrocarburos,
para bombearlos posteriormente a tierra firme.
En este sentido, tienen dos destinos perfectamente
diferenciados. En el caso de Campeche, el gas se concentra en la planta de
rebombeo de Atasta, y el crudo en el puerto tabasqueño de Dos Bocas, construido
ex profeso.
Los accidentes en plataformas y los derrames
muestran la necesidad de que el mundo se dirija firmemente hacia energías más
limpias y seguras, en un mundo que busca más y más petróleo y gas en aguas más
profundas y ubicaciones cada vez más difíciles y delicadas.
Asimismo, es necesario considerar que estamos
ingresando a territorios en lo que los accidentes son más probables, difíciles
de responder y cada vez con mayores consecuencias.
La coexistencia y convivencia con Pemex es una
situación que mantiene a la población en constante peligro por las
instalaciones y riesgos que significan, por lo que cada vez son más necesarias
mayores y mejores condiciones de seguridad por parte de Petróleos Mexicanos.
Veracruz es uno de los más afectados por los
derrames de hidrocarburos, incluso por los accidentes industriales que han
dejado pasivos económicos, ambientales y de salud en las zonas de Papantla,
Coatzacoalcos y Poza Rica.
En Tabasco, las comunidades asentadas en las zonas
petroleras de Huimanguillo, así como en poblados chiapanecos colindantes con
Tabasco se han detectado casos de leucemia, ceguera y afecciones pulmonares
atribuibles a la actividad petrolera.
Lamentablemente, la industria petrolera no ha
adoptado el enfoque de esperar lo mejor para prepararse para lo peor, El
petróleo es altamente tóxico para el ambiente marino y costero, y sus impactos
en la vida silvestre pueden persistir por décadas.
El último percance fatal, la madrugada del 1 de abril, ocurrió en el
área de deshidratación y bombeo de la plataforma Abkatún del Golfo de México,
pero, como toda actividad relacionada con materiales inflamables y químicos, la
petrolera es las de mayor riesgo potencial, por lo que se debieran destinar las
mayores inversiones a aminorar peligros.
Los accidentes no se pueden reducir a cero, pero sí
disminuir los factores de riesgo y daños. La clave para el progreso conjunto es
coexistir de manera responsable, justa y, por consecuencia, pacífica.
En este sentido, Pemex, una vez que a palo dado ni
Dios lo quita, debería incentivar e incluir a las comunidades en su operación y,
sobre todo, responsabilizarse de las consecuencias negativas en materia de
afectaciones directas en población y ambiente.
Desgraciadamente, aunque
se refería a la agraria, como diría el recordado tabasqueño Francisco José
Hernández Mandujano (Chico Che), “pero la reforma va; de todas maneras va”.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 38 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y
publicado tres libros.
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