En primera fila
Félix, ligado a Joaquín
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
El nombre del tristemente “célebre” ex gobernador
priísta de Quintana Roo, Félix González, sigue ligado al del nuevamente
aspirante a la gubernatura, Carlos Joaquín, a quien apoyó una y otra vez
durante el trienio de éste como presidente municipal de Playa del Carmen, y
aunque en su momento prefirió a Roberto Borge como su sucesor, sigue influyendo
en la lucha para la próxima sucesión.
La columna anterior recordó la sucia aprobación del
yucateco-playense el 5 de abril del 2008 para eliminar con su Cabildo el
Programa Director de Desarrollo Urbano (PDDU) de Tulum (entonces aún de
Solidaridad), esto por un periodo de 24 años, es decir, del 2006 al 2030, y a sólo
unos días de concluir su gestión como alcalde, todo de un “plumazo”, y en
sesión secreta, pese a que él mismo había autorizado el Programa el 6 de junio
de 2007.
La aprobación se publicó el 9 de abril en el Periódico
Oficial del Estado, con lo que se asignaron las más altas densidades de
desarrollo turístico y residencial a terrenos del “Downtown Tulum”, polémico
proyecto de inversión impulsado con toda la fuerza desde el gobierno del propio
Félix González, quien tenía “interés especial” en otorgar todas las facilidades
para su construcción, incluso la venta de la reserva territorial del IPAE en la
zona y terrenos quitados a la Universidad de Quintana Roo a supuestos
inversionistas yucatecos.
Adicionalmente, se ratificaron las máximas densidades
posibles, sujeto a una conocida cláusula de suspensión, de algunos terrenos del
Parque Nacional Tulum, al pasar de un máximo de 15 a 25 cuartos por hectárea,
según denunció el portal de Noticaribe en su momento.
Nombrado secretario estatal de Turismo por Félix
González una vez concluido su trienio, Carlos Joaquín aceptó que el 5 de abril por
la mañana se había realizado sesión extraordinaria de Cabildo -sólo después que
Noticaribe lo dio a conocer-, a la que no se invitó a la prensa y de la que
tampoco se informó posteriormente, aunque negó alguna irregularidad en la
convocatoria o la aprobación del Programa, o bien que se hubiera hecho a
espaldas del pueblo.
Según él, la adopción de esas “formas” fue porque “no
había mucho tiempo” y urgía formalizar la entrega de la reserva territorial del
ejido de Tulum al gobierno, así como incluir dentro del PDDU una propuesta que
asentaba que ese desarrollo urbano estaría sujeto a un Plan Parcial de
Desarrollo, que retrasó varios meses la publicación del ordenamiento, ya que
requirió muchas reuniones con los ejidatarios para convencerlos de sus
condiciones.
Entrevistado sobre el particular, Carlos Joaquín aseguró
no haberse modificado la “cláusula de suspensión”, pública desde el 6 de junio
del 2007, cuando se aprobó el Programa que asigna determinadas densidades de
desarrollo en el Parque Nacional Tulum, en tanto un juez resolviera las
múltiples controversias legales que existían por la posesión de buena parte de
las 664 hectáreas de ese polígono.
Sin embargo, negó reiteradamente otros cambios al PDDU
o que hubieran aumentado las densidades al Parque Nacional Tulum, que desapareció
en el documento para quedar sólo como “Parque Natural”, principal motivo de la controversia
constitucional del Ejecutivo Federal, a través de la Semarnat ante la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.
Con todo, pese a los dichos del ex funcionario, todo
hace suponer que sí hubo beneficios en lo “oscurito”, ya que, conforme a
Programa Director de Desarrollo de Tulum, publicado el 9 de abril de 2008 en el
Periódico Oficial del Estado, a los terrenos del proyecto “Downtown Tulum” se
le asignaron las más altas normas de desarrollo sin haberse consensuado debidamente
o informado a la comunidad, sobre todo porque era pública la polémica que
cuestionaba el desarrollo turístico como riesgo de fuerte impacto al medio
ambiente.
Información cotejada con los planos oficiales del
PDDU, indica que a más de la mitad de los terrenos del “Downtown Tulum” se les
aumentó la densidad, al pasar del criterio TR1, Turístico Residencial de
densidad media, que permite sólo 25 cuartos y/o 12 viviendas por hectárea, al de
criterio TR2, que significa Turístico Residencial de densidad alta, con
posibilidad de construir hasta 30 cuartos y/o 24 viviendas por hectárea, lo que
duplicaría el tamaño del complejo inmobiliario.
A la otra parte del predio -terrenos quitados a la
Universidad de Quintana Roo y comprometidos en venta por el Gobierno del Estado
a inversionistas yucatecos -, se les asignaron dos densidades: A los del
poniente de la carretera se les otorgó el criterio TH5, a la más alta que permite
el ordenamiento, de 40 cuartos por hectárea, mientras que a la delgada franja
costera se le asignó el criterio TH2, con densidad baja, de 10 cuartos por
hectárea.
Con estos cambios y de un “plumazo”, el gobierno de
Carlos Joaquín en Solidaridad, por instrucciones de Félix González, retiró
todos los “candados” que pudieran entorpecer el proyecto “Downtown Tulum” y
confirmó los más altos criterios de desarrollo turístico y residencial por
encima de cuestionamientos y la opinión contraria de la propia comunidad del
ahora municipio de Tulum.
El mencionado proyecto "Downtown Tulum" era promovido
por un grupo de inversionistas paisanos del yucateco Carlos Joaquín, encabezados
por el influyente empresario Emilio Heredia Lima, y en su primera etapa preveía
construir villas, casas y departamentos en un terreno del polígono estratégico,
ubicado en los límites de la mancha urbana de Tulum, el Parque Nacional Tulum,
de fácil acceso desde la venida Kukulkan, a través del camino costero hacia
Boca Paila.
Además del área residencial, el proyecto incluía plazas
comerciales y/o residenciales así como un campo de golf y hoteles, en una
extensión aproximada de 450 hectáreas, donde desde la página web del promotor
se informaba que ya varios lotes residenciales y multifamiliares ya habían sido
vendidos.
En el caso del Parque, durante la sesión
"secreta" se ratificó una densidad de hasta 25 cuartos por hectárea
(criterio TH4 Turístico Hotelero, densidad media) a un total de 57.40 hectáreas
donde se permitiría la construcción de hasta mil 76 cuartos, mientras que en 86
hectáreas habría una densidad de 15 cuartos por hectárea y en otras 23 se
permitirían al menos 10 cuartos por hectáreas, además de regularizar lo
existente.
Considerando los mil 473 cuartos de hotel que había en
el Polígono del Parque, sumados a los dos mil 947 nuevos, de acuerdo a la
propuesta del Ayuntamiento, sujeta a la cláusula de suspensión que permitiría
activar o no la Norma Especial de Zonificación, ya se hablaba de una oferta
total de 4 mil 420 cuartos, mientras que en el caso de Ejido Tulum, el Programa
Director de Desarrollo Urbano asigna 2 mil 517 hectáreas como área de
crecimiento sujeto a un Plan Parcial.
(Permitida la
copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita del
nombre de su autor)
*Luis Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco
avecindado en Chetumal, Quintana Roo, con más de 36 años de trayectoria como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de diversos medios
de información, también ha fungido como Jefe de Información de dos ex
gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado tres libros.
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