¡Dos aspirantes frente a las
mujeres!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Colega nuestro de hace muchos años en la vecina Mérida, el
periodista Felipe Esparza fue uno de los primeros en abordar en su portal “Las
16 páginas” uno de los más álgidos temas que recién aprobaron por mayoría -ah, la
dichosa mayoría- los representantes “populares” de la XIV Legislatura del
Congreso de Quintana Roo, y que de inmediato se calificó acertadamente como
“Ley Antibronco”.
La iniciativa, como era de esperarse, surgió de la bancada
del PRI y –tal y como también era de esperarse- la aprobaron los corifeos del
presidente del CDE del tricolor, Raymundo King de la Rosa, lo que no causó
ninguna extrañeza, pero SÍ que la aprobaran sus DIPUTADAS, cuando que afecta de
manera directa a las políticas quintanarroenses de su mismo género.
En efecto, ya sabe Usted a qué nos referimos: Se trata de la
ley que regirá las condiciones para el registro de candidatos independientes en
el próximo proceso electoral estatal, y que, como estaba previsto, endurece los
requisitos para su participación.
Desde luego que, para cualquiera con un mínimo de cerebro,
la ley tiene destinatarios con nombres y apellidos: Se trata del ex presidente
municipal de Benito Juárez, el perredista Julián Ricalde Magaña, y del aún
subsecretario de Turismo federal, el priísta Carlos Joaquín González, quien,
sin embargo, podría renunciar a su partido de no resultar candidato a la
gubernatura.
Más criticable aún, la ley también contraviene las leyes
federales en materia de equidad de género, ya que sólo incorpora a las mujeres
respecto al criterio en candidaturas a diputados y regidores, pero las deja
fuera de las presidencias municipales, lo que le imprime un abierto carácter
misógino a la reforma.
He aquí el “quid” de la cuestión, ya que el relevo del ahora
diputado federal José Luis “Chanito” Toledo Medina en la coordinación del
Congreso del Estado, Pedro Flota Alcocer -ex presidente del CDE del PRI-,
principal impulsor de la citada ley, es casualmente uno de los principales
aspirantes a la presidencia municipal de Othón P. Blanco.
Permanentemente criticado por su también permanente
“romance” con Baco, el funcionario elimina de esta manera la posibilidad de que
alguna mujer se convierta en rival suya en sus ambiciones -se habla de la ex
diputada federal Lízbeth Gamboa Song-, aunque también sienta un precedente para
los demás municipios y para la historia legislativa de Quintana Roo, lo que
puede calificarse como un retroceso político.
Desde luego que esto no sólo demerita la triste imagen que
de por sí tenía la XIV Legislatura, sino que propició que Flota Alcocer
mostrara el cobre de la moneda, con todo y que quienes cobran en el Congreso le
traten de “justificar” con el pretexto de que “ya existía línea” y se vayan
contra los contados políticos priístas que criticaron la nueva ley.
Este es el caso del secretario de Gobierno, Gabriel
Mendicuti Loría, uno de los aspirantes a la gubernatura que, con no pocas
posibilidades, continúa en los primeros planos en esa lucha que se espera
determinante para este mes, cuando finalmente surja el nombre del priísta que
buscará relevar a Roberto Borge Angulo como titular del Poder Ejecutivo.
Sin distraer sus funciones como responsable de la política
interna del Gobierno del Estado, como sus cuestionados rivales que se han
olvidado de su trabajo y han dedicado tiempo y recursos públicos a su pre
precampaña -¿no es así Mauricio Góngora?-, el funcionario es el único que no
está peleado con nadie, excepto con quienes buscan algún contrato de
publicidad.
Lo cierto es que, a nivel estatal, Mendicuti Loría fue el
único que se atrevió a decir “esta boca es mía” en torno al aborto que surgió
del Poder Legislativo, al señalar que no comparte la determinación de los
diputados respecto a la restricción de los derechos de las mujeres
quintanarroenses a la paridad en su participación política y en acceder los
puestos de Gobierno.
La
larga lucha de las mujeres mexicanas por lograr la igualdad de género, en todos
los ámbitos de la vida social, tiene su principal reto en el ámbito de la
política, dijo y opinó que “quizás un mayor debate y una mayor participación de
las mujeres en ese debate enriquecería el proyecto finalmente aprobado”,
sentenció http://las16paginas.blogspot.mx/2015/11/secretario-de-gobierno-de-q-roo-favor.html?spref=fb
Esto
se llama pugnar realmente por los intereses de las mayorías -y no por los
intereses personales-, aunque tampoco puede calificarse de rebeldía o
indisciplina partidaria, ya que desde el ámbito nacional, el propio CEN del PRI
descalificó la decisión del club de Pedro Flota a través de la secretaria
general, Carolina Monroy del Mazo, quien consideró que frena el avance de los
derechos políticos-electorales de las mujeres.
Tras
aprobarse la reforma, con las disposiciones que regirán el proceso electoral
del próximo año, cuando se elegirán gobernador, 11 Ayuntamientos y 25 diputados
-15 de mayoría y 10 plurinominales- la dirigente hizo cuatro publicaciones en
Twitter, en dos de las cuales menciona directamente al Congreso de Quintana
Roo.
Estos
últimos fueron “El PRI Nacional se pronuncia a favor de la representación
igualitaria de las mujeres en materia político-electoral @inmujeres
@CongresoQRoo” y “No debe detenerse el avance de derechos político-electorales
de las mujeres. La decisión de @CongresoQRoo no es postura de @PRI_Nacional”.
¿Más
claro? ¡Ni el agua! Desde luego, no el agua de la CAPA de Quintana Roo, aunque
lo que no quedó claro fue la postura de las diputadas MUJERES -así, con todas
sus letras- que, contra toda lógica y sentido común, se olvidaron de su género
y aprobaron con los ojos cerrados la marginación política de las féminas.
Para
la historia. Se trata de las priístas Maritza Aracely Medina Díaz, Judith
Rodríguez Villanueva, Suemy Graciela Fuentes Manrique e Irazú Marisol Sarabia
May, así como de la “Ecologista” Marcia Fernández Piña, ésta última por razones
obvias: El maridaje PRI-Verde.
Las
que evitaron el ridículo, aunque tal vez optaron por la mejor opción -la de
esconder la cabeza como avestruz- fueron las priístas cancunenses Berenice
Polanco Zapata, Maribel Villegas Canché y Susana Hurtado Vallejo, dos de ellas
oficialmente ausentes “con permiso”, la primera por convalecer de un embarazo,
y la segunda por estar de viaje en el DF por cuestiones legales. La tercera
simplemente porque no le pegó la gana de asistir.
Las dos únicas que votaron en contra y merecen
nuestro respeto por su congruencia en materia de género son las diputadas del
PAN: La ex presidenta municipal de Lázaro Cárdenas, Trinidad García Argüelles,
y la cozumeleña Perla Cecilia Tun Pech. Ignoramos si haya sido por
convencimiento o por “línea” de su partido, pero el caso es que ellas SÍ
sacaron la cara por las mujeres quintanarroenses.
Aunque
dicen que “palo dado ni Dios lo quita”, la controvertida ley aún puede vetarla
el Jefe del Ejecutivo antes de su publicación en el periódico oficial del
Estado y entrada en vigor, lo cierto es que nuevamente se puso de manifiesto
que uno de los principales obstáculos para el avance y progreso de las mujeres
¡son precisamente las mujeres mismas! ¡Y eso que hasta Maritza Aracely Medina
aspiraba a gobernar OPB!
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis Angel Cabañas
Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo, con más de 38
años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y jefe de
redacción de diversos medios de información, también ha fungido como Jefe de
Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado
tres libros.
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