En
primera fila
¡"Rebelión" de enfermeras!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Mientras
que la ahora diputada local priísta Susana Hurtado Vallejo anunciaba desde 2012
que su partido impulsaba en la Cámara de Diputados una reforma para
profesionalizar y reivindicar el trabajo de enfermeras de todo el país, a nivel
nacional se anuncia tres años después una magna manifestación que, con ocasión
de celebrarse el Día de la Enfermera, tendría por objeto protestar contra una
iniciativa de Profesionalización de la Enfermería.
Con
el antecedente de una marcha previa el 9 de enero en la ciudad de Cancún, en el
caso de Quintana Roo, alrededor de un centenar de enfermeras y trabajadores
sociales del sector Salud -ISSSTE, IMSS y Secretaría Estatal de Salud-
explicaron que dicho proyecto provocaría que la Enfermería dejara de ser
reconocida como profesión para convertirse en simple actividad, independientemente de contar
con Licenciatura, Maestría, Doctorado u otra especialización similar.
A falta de una adecuada difusión del caso,
hasta la víspera se ignoraba si se realizaría dicha marcha y las demandas reales
de las inconformes, ya que en un principio se manejó el tema de una supuesta
reforma que provocaría su pérdida de derechos, su desaparición del tabulador de
salarios mínimos y la supresión de dobles plazas.
Por
otro lado, también se manejaba la versión en el sentido de que la movilización
de la Asamblea Intergremial de Enfermeras/os, Trabajadoras/es Sociales y
Terapistas Rehabilitadores Físicos habría triunfado y revertido lineamientos de
la Convocatoria de profesionalización 2014 que habría impuesto el 3 de
septiembre la Secretaría de Salud a través de su titular, Mercedes Juan López,
aunque escudándose en la Secretaría de Hacienda.
En
este sentido, exigían a la Federación un trato laboral auténticamente
profesional; al pueblo de México, un llamado para no dejarse sorprender, y a
los medios de comunicación, cobertura, objetividad y claridad, en tanto que a
sus pacientes pedían comprensión, dado que su lucha no distraería su compromiso
profesional con ellos.
Conforme
a la prensa nacional, el 8 de enero de 2014, Peña Nieto anunció un programa de
profesionalización para que todas las instituciones del sector contaran con
programas y mecanismos que aseguraran que quienes se dedican a esa actividad
pudieran concluir su posgrado y acceso a mejores plazas, así como un incremento
del 20 a 25% en las becas de pasantes.
Sin
embargo, la convocatoria de Mercedes Juan fracturaba la médula de ese mecanismo
federal de profesionalización y cancelaba el compromiso presidencial de
reconocer académica y monetariamente a los licenciados en enfermería,
trabajadores sociales y terapistas.
Con
el antecedente de los pronunciamientos de trabajadores adscritos a los
institutos nacionales de salud y hospitales de alta especialidad, en sólo 26
días los profesionales movilizados forzaron a que las Secretarías de
Salud-Hacienda respetaran el programa de profesionalización original del 2006.
La
serie de protestas culminaron prácticamente desde el 2 de diciembre, cuando se
anunció una nueva convocatoria para la apertura de todos los códigos para
aspirar al puesto de enfermera general titulada “C”, con un sueldo de 11 mil
659 pesos mensuales.
Asimismo, las posibilidades de promoción al
código de enfermera especialista “C” (12 mil 893 pesos), de supervisora
profesional en trabajo social en área médica “C” (11 mil 452 pesos) e inclusión
del puesto de terapia profesional en rehabilitación (11 mil 659 pesos),
manteniendo, en todos los casos, la limitante de contar con base y disponer al
menos de dos años de antigüedad.
Empero,
quedan muchos pendientes, ya que únicamente se repusieron los lineamientos de
una profesionalización acotada, selectiva y opaca, en la que hasta el 17 de
enero del 2014 el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud
confirmó que sólo 3 mil 591 profesionales con título y cédula de licenciatura
se habían registrado en la convocatoria de la dependencia, y beneficiados sólo mil
904 licenciados
De
éstos, mil 532 se autorizaron a trabajadores de los servicios estatales de
Salud en todas las entidades, pero el personal regularizado no pudo registrarse
a la convocatoria pese a ser sindicalizado, en tanto que los servicios de la Secretaría
en el DF se contenta con compensaciones económicas que omiten un cambio de
código (estímulo profesionalización enfermería, concepto 2183) y en el mercado
privado se les clasifica como técnicos para pagarles salarios castigados pese a
disponer de licenciaturas
Como
siempre, la Secretaría esquiva su responsabilidad directa y se ampara en Hacienda
y sus restricciones presupuestarias, por lo que todo quedará igual con la nueva
convocatoria. Con el formato retocado sólo se reconocerá a 48 licenciados por Estado,
mientras que la gran mayoría de los licenciados sólo acariciarán la esperanza
de ser reconocida su trayectoria académica.
Con
marchas en el DF y varios Estados, la asamblea intergremial, reunida con
autoridades de la Secretaría, desconoció el 3 de diciembre la nueva
convocatoria retocada, así como a las dirigencias sindicales, en tanto pactó
con la dependencia instalar una mesa resolutiva para atender el problema a
partir del 10 de diciembre.
Así
las cosas, de nada han servido avances científicos, tecnológicos y sus
perspectivas de cambio, así como los objetivos, políticas y estrategias del
Plan Nacional de Desarrollo, que demandan a los profesionales de la enfermería
alto nivel de calidad y eficiencia en las 593 escuelas de enfermería de todo el
país, 103 de ellas con la carrera a nivel licenciatura, siete a nivel técnico
superior universitario, y sólo 490 a nivel técnico, con lo que aún faltan
profesionales del ramo de alto nivel.
Ante
este panorama, el marco de la lucha de las enfermeras es porque, aseguran, la Enfermería
dejará se ser profesión pese a tener licenciatura, grado especial, maestría,
cursos, talleres jamás y nunca pasarán de ser enfermera general “A”. Como
consecuencia, y al no ser profesión, todas las enfermeras general “C” pasarán a
general “A” con la respectiva disminución de sueldo.
Además,
el gobierno dejará de pagar su fondo de ahorro de retiro por no jubilarse ni se
jubilarán de una profesión, mientras que a los ya jubilados comenzarían a descontarles
de su cheque de pensión paulatinamente hasta llegar a cero la cantidad que le otorga
el gobierno federal. En resumen, “si eres o piensas ser enfermera, según la
nueva reforma, no importará si estudias 5 ó 10 años o tienes la pared tapizada
de títulos, ya que jamás se reconocerán tus estudios porque la enfermería no será
profesión”, aducen.
Por
otro lado, dicen que ninguna enfermera podrá optar por un puesto
administrativo, por lo que la Jefatura de Enfermería o Supervisores de Enfermería
no lo ejercerán enfermeras al no ser profesión la Enfermería, por lo que
personal administrativo ocupará dichos puestos.
Asimismo,
IMSS, ISSSTE y Seguro Popular formarían el nuevo Seguro Médico Universal, ya
que dejarán de existir y, como consecuencia, se ofrecerá servicio médico en la
unidad médica más cercana a la localidad, con lo que todo mundo compartirá
turno y asiento con los más pobres, y quienes exijan atención en su hospital
será más larga la espera, con un sistema de salud deficiente, pero con la
reforma de salud el gobierno dará paso a empresas privadas que aseguren a quienes
paguen por un servicio exclusivo.
Por
último, supuestamente todo personal de salud, médicos, enfermeras, etc. que
trabajan en dos instituciones, deberán elegir en que hospital lo harán, aunque
no con un aumento salarial, sino todo lo contrario. En fin, hoy se sabrá más
del tema, aunque, contra lo que aseveran, en el sentido de que la reforma de
salud se dio durante el pasado Mundial de Fútbol de junio, tenemos el texto
original y nada dice sobre lo anterior. ¿Hablaremos idiomas diferentes?
En
tanto nos entendemos, ¡Feliz Día de Reyes! y ¡Feliz Día de la Enfermera!
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana
Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información,
editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha
fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes
municipales, y publicado tres libros.
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