En
primera fila
Réquiem al amigo “Gallito”
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
No
cabe duda que es fácil escribir sobre determinado tema cuando éste se domina,
pero no es nada fácil hacerlo cuando el dolor nos embarga. Este es el caso de
Roberto Coral García, un gran amigo nuestro, del que, para ser honestos, apena
calificarlo de esa manera porque creemos no habérselo podido demostrar, con lo
que una vez más queda de manifiesto que, lamentablemente, nadie sabe lo que
tiene hasta que lo pierde.
Es
penoso, triste aceptarlo, pero a su servidor le dolió como a muchos la
sorpresiva noticia del fallecimiento de quien fuera uno de los muchos valores
políticos quintanarroenses de esta capital chetumaleña, cuyo clímax en esa
actividad la alcanzara durante el sexenio de don Miguel Borge Martín, lo que le
auguraba un prolífero futuro que, sin embargo, nunca llegó.
Y
no fue precisamente porque le ganara la edad -apenas rayaba los 54 años- o
porque hubieran mermado sus facultades, sino porque ya no alcanzó las mismas
oportunidades que constatamos sus muchos amigos, aunque, lamentablemente, éstos
no son todos verdaderos en la actividad política, donde los únicos ciertos son
los enemigos.
Don
Roberto -con todo el mérito para ese “don”- se preparó a carta cabal para
mejores encargos en la administración pública, a grado tal que, al igual que su
servidor, poco le importó la edad para culminar la Licenciatura en Derecho, en su caso en
la Universidad de Quintana Roo, ya que muchos años atrás había egresado del
ITCH con una de esas carreras que muchos denominan “patito”.
Hablar
de anécdotas del tiempo de quien hoy en paz descanse sería tanto como recorrer
años y años hacia atrás, donde la invariable sería su competencia política con
su entrañable paisano Enrique Alonso Alcocer “El Chiricuto” -nuestros
respetos-, expresidente municipal priísta de Othón P. Blanco, a quien
calificaba como “mi cachorro”, aunque al final de cuentas ninguno de los dos
aclaró quién era realmente cachorro de quién. Pecata minuta.
Muy
joven aún -apenas alcanzada su mayoría de edad- don Roberto ya se desempeñaba
en la Oficial Mayor de la IV Legislatura del Congreso del Estado, de donde
saltó hacia la coordinación de campaña de don Miguel Borge -otro hombre con el
merecido “don”-, en cuyo sexenio inició como director de Gestión, aunque
también fungió como director del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social
(SQCS), donde nos distinguió como directores de Redacción y conductores de un
programa político en vivo.
Cariñosamente
conocido como “El Gallito”, aunque otros preferían llamarle “Robin” su relación
y manejo político le permitieron convertirse en presidentes del CDE del PRI de
Quintana Roo en dos oportunidades, en una de ellas durante la fallida campaña
presidencial de Francisco Labastida Ochoa, cuando la broma del momento era que
había ganado Labastida…pero Raúl Labastida Mendoza, entonces tesorero priísta
del hoy infortunado occiso.
En
otro de sus encargos administrativos, don Roberto fungió como director de una
de las carteras de la Secretaría Estatal de Turismo, donde su servidor y el
propio Labastida Mendoza -hoy Consejero Jurídico del Poder Ejecutivo- fungimos
como tales con el entonces titular, Gerardo Amaro Betancourt, durante el inicio
del sexenio de Mario Villanueva Madrid.
A
partir de ese momento inició el declive de Robert, entre cuyos mejores amigos
también se incluyen el periodista Salvador Montenegro Carrera y muchos más de
ese gremio, en el que nuestro propio homenajeado póstumo también se convirtió
en editorialista, uno de los más gustados de los políticos locales, cuya
columna, “Cuarto de Guerra”, se convirtió en lectura obligada.
Uno
de los momentos álgidos de su vida ocurrió precisamente durante el periodo del
ex gobernador Villanueva Madrid, quien le persiguió con la sospecha de que se
había convertido al panismo e intentó secuestrarle en el Boulevard Bahía cuando
don Roberto realizaba su acostumbrada caminata diaria. Logró escapar y denunció
infructuosamente los hechos ante una Procuraduría de Justicia encabezada por
el hoy también desaparecido Miguel Peyrefitte Cupido.
Otra
maniobra en su contra ocurrió cuando transitaba por los alrededores del parque
del Renacimiento, cuando unos patrulleros de la Secretaría de Seguridad
Pública, por instrucciones de su entonces titular, Pedro Flota Alcocer -hoy
diputado local, y ex presidente de CAPA y del CDE del PRI-, intentaron hacerlo
descender por la fuerza de su vehículo. Como era de esperarse, al igual que en
el caso anterior, el “incidente” tampoco tuvo mayor trascendencia.
Familiar
del ex regidor de Payo Obispo (hoy Chetumal, 1902) y ex gobernador del entonces
territorio de Quintana Roo (1921), el cozumeleño Pascual Coral Heredia, don
Roberto también aspiraba gobernar algún día su Estado o convertirse en diputado
federal, aunque no fue suficiente el poder que le dispensó su amigo gobernador
Borge Martín, cuyo sobrino, el actual Jefe del Ejecutivo, Roberto Borge, le
dispensó la cartera de titular del Servicio Estatal del Empleo, su último
encargo de gobierno.
Se
esperaba su pronta reincorporación a la actividad política, luego de que lo
contactara el representante de uno de los aspirantes a la gubernatura del
Estado.
Lo
último que supimos de nuestro amigo era de su práctica de yoga y su mayor
acercamiento a Dios, aunque hace unos días, en redes sociales, por su ex
compañera de trabajo María José, nos enteramos de su estado delicado,
presuntamente por un problema hepático, enfermedad que finalmente lo habría llevado
a la tumba.
¡Descansa
en paz querido amigo Roberto! ¡Siempre te recordaremos!
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana
Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información,
editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha
fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes municipales,
y publicado tres libros.
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