Dos “joyitas” del presidente
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Las
Comisiones de Relaciones Exteriores y de Relaciones Exteriores, Asia-Pacífico, a través de la panista Gabriela Cuevas
Barrón, ponían a consideración de la
Cámara de Diputados un “paquete” de nombramientos diplomáticos que propuso el presidente
Peña Nieto y, dada la acostumbrada indiferencia de los legisladores ante este
tipo de trámites, no se vislumbraba problema alguno.
Sin
embargo, tras la lectura de los perfiles de los candidatos para India,
Indonesia, Vietnam, Israel, Jordania, Qatar, Azerbaiyán y Japón, el de éste
resultó toda una “fichita” que, desde luego, defendido por los “hermanos”
PRI-Verde y el propio PAN, envió un grave mensaje a quienes se oponen a que Eduardo
Tomás Medina-Mora se convierta el nuevo ministro de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.
En
efecto, pese a los sólidos argumentos de peso que presentó el PRD contra Carlos
Fernando Almada López para representarnos en Japón, la propuesta terminó por
aprobarse con una aplastante mayoría de ¡102 votos a favor, uno en contra y una
abstención!
Subsecretario
de la SCT hasta hace unos días, Carlos Almada NO puede representar dignamente a
México por su “negro” historial como funcionario, en el que pocas veces concluyó
el periodo para el que fue nombrado, incluso fue involucrado en uno de los
escándalos por peculado más grandes de México en los últimos 15 años: El caso
Pemexgate.
El
6 de diciembre del 2012, el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, lo nombró
responsable de una de sus piezas claves por su experiencia en la esfera pública
desde el nivel municipal hasta el federal y lo “resucitó” en la política tras
el Pemexgate, que lo mantuvo 5 años prácticamente a salto de mata, hasta que
los abogados Alonso Aguilar Zinser y Marco Antonio Zazueta lo libraron y sacaron
adelante.
Tras
ese escándalo se incorporó a la actividad pública en Nuevo León, con los mandatarios
priístas Natividad González Parás y Rodrigo Medina de la Cruz y dos años después
se incorporó al gobierno federal.
Su
“carrera” inició con una serie de puestos a nivel local entre 1981-86 en la
Secretaría de Administración Pública del Estado de México, tras lo cual se
integró como Oficial Mayor de la Secretaría de Energía, Minas e Industria
Paraestatal hasta 1888 y director ejecutivo del Registro Federal de Electores
del extinto IFE entre 1991 y 1994.
En
aquél entonces se descubrió que en Baja California había 500 mil votantes más del
padrón original, precisamente en el sexenio del hoy senador panista Ernesto
Ruffo Appel, aunque fue más sonado el tema del Pemexgate, al final del periodo
de Zedillo, cuando se le involucró en el peculado que llegó hasta los
tribunales y salpicó a PEMEX y su sindicato, así como al PRI y a su entonces candidato
Francisco Labastida Ochoa.
En
2001, el gobierno de Vicente Fox presentó una denuncia ante la PGR contra PEMEX
por el desvío de mil 500 millones de pesos a la campaña de Labastida durante el
proceso electoral del 2000, y señalaba como responsables al ex director de
PEMEX, Rogelio Montemayor Seguy, y a los dirigentes sindicales Carlos Romero
Deschamps y Ricardo Aldana Prieto.
Asimismo,
se mencionaba como presuntos responsables a los ex funcionarios de la paraestatal,
Carlos Juaristi Septién, Juan José Domene Berlanga y Julio Pindter González, así
como a los priístas Jorge Cárdenas Elizondo, Alonso Bretón Figueroa, Carlos
Almada y Joel Hortiales Pacheco.
El
5 de octubre del 2012, el Juez 13º de Distrito en Materia Penal, José Luis Moya
Flores libró orden de aprehensión solicitada por la PGR contra Montemayor
Seguy, Jauristi Septién, Domene Berlanga, Pindter González, Cárdenas Elizondo, Bretón
Figueroa, Hortiales Pacheco y Carlos Almada por el desvío de 640 millones de
pesos de PEMEX a la campaña de Labastida.
En
las investigaciones de la entonces FEPADE hubo elementos para probar que los
priístas sabían de la procedencia ilegal del dinero, además de aplicar en la
campaña esos recursos sin informar al IFE, aunque para ocultar su origen
simularon que eran ingresos del llamado Sorteo del Milenio y que se gastaba en
la entrega de premios.
Cárdenas
Elizondo, Bretón Figueroa, Hortiales Pacheco y Carlos Almada estaban en calidad
de prófugos, y a excepción de Montemayor Seguy, a quien se le había ubicado en
Houston, Texas, los demás ex directivos de PEMEX no fueron detenidos ni
localizados.
En
octubre de 2002 el caso llegó al IFE, y a principios del 2003 éste concluyó que
el sindicato desvió al menos 500 millones de pesos al PRI y le impuso una multa
de mil millones, que terminó de pagar en 2006, cuando Silvia Entrever, titular
del Juzgado 13º de Distrito, expidió auto de libertad a Carlos Almada por el Amparo
definitivo de un tribunal federal.
No
obstante, Carlos Almada no había sido visto en público desde mayo de 2002,
cuando el Juzgado libró en su contra la orden de aprehensión por su presunta
responsabilidad en el peculado electoral, tipificado como grave en el Código
Penal Federal y sin derecho a libertad bajo fianza.
Fue
justamente en los primeros días del sexenio de Peña Nieto, cuando reapareció en
la escena política como subsecretario de Transportes de la SCT, y hoy, como ha
sido su costumbre política, no termina el cargo y es propuesto para la embajada
de Japón.
Lo
peor del caso de este personaje es que no sólo ha sido acusado en el Pemexgate,
sino que también fungió como operador de las licitaciones del proyecto del Tren
México-Querétaro y responsable de las licitaciones para el proyecto del nuevo
aeropuerto, proyecto insignia de presidente Peña Nieto envuelto en plena
opacidad.
Carlos
Almada es el operador de estas licitaciones que, como sabemos, se canceló en el
tema del tren, aunque siguen en pie las licitaciones del aeropuerto, del que no
existe información plena, confiable y total, por lo que se infiere que, tras el
trabajo sucio de las licitaciones, Peña Nieto decidió ponerlo a salvo y por eso
lo manda a Japón, aunque, reiteramos, no es una propuesta que dignifique al
país en aquellas tierras.
Si
con todo y esto el Senado aprobó por abrumadora mayoría su nombramiento,
primero, ¿Qué clase de “representantes” populares tenemos? Y, segundo, ya se
imagina cuál será la decisión final del caso Medina-Mora ¡Ah qué par de “joyitas”
se manda Peña Nieto!
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 37 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y
publicado tres libros.
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