¡Duro contra el alcohol!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Con
unos 3.3 millones de muertes atribuibles en todo el mundo tan sólo en 2012, el alcoholismo
conlleva una pesada carga social y económica para todas las sociedades, con
fenómenos como violencia intrafamiliar, peleas, robos y asesinatos, al grado
tal que el 90% de los delitos se dan bajo el influjo de bebidas alcohólicas.
Por si fuera poco, además de ser causante del 70% de las
muertes por accidentes de tránsito, perjudica al núcleo familiar, amigos,
compañeros de trabajo y desconocidos, a los que genera una carga sanitaria
social y económica considerable.
Mundialmente,
el alcohol es causante de más de 70 tipos de enfermedades, entre ellas cirrosis
hepática, desórdenes neuro-psiquiátricos, diabetes mellitus, cáncer, daños en
el corazón, hígado, estómago y sistema nervioso, a través de los cuales causa
desnutrición y hasta anemia.
En
el caso de la mujer, durante el embarazo puede producir daños irreversibles en
el bebé, como deformidades de cráneo y rostro, retraso físico y mental y bajo
peso al nacer.
Con
todo, uno de los principales problemas es su enorme disponibilidad, y de ahí la
necesidad de aumentar la responsabilidad legal relacionada con el servicio de
los propietarios y responsables de bares y establecimientos que se dedican a la
venta de bebidas embriagantes.
En
muchos Estados, los domingos, a partir de las cinco de la tarde, se prohíbe su
venta, pero es triste y lamentable que no haya problema de “abasto” en tiendas
de autoservicio, y de estar cerradas o no haya bebidas, la gente acude a algunas
de las decenas de tiendas Oxxo, Extra o algunas de las docenas de agencia que
cuentan con autorización del Ayuntamiento.
Lo
más preocupante dl tema es que cada vez es mayor el número de y jóvenes que
consumen alcohol desde muy temprana edad, lo que obliga a preguntarse dónde
están las autoridades en sus tres niveles de gobierno para prohibir y regular
las licencias la venta de bebidas alcohólicas.
En
el 2010 la Asamblea Mundial de la Salud aprobó una resolución en la que hace
suya la estrategia mundial de reducir el uso nocivo del alcohol y insta a los
países a fortalecer su respuesta a los problemas de salud pública ocasionados
por el alcohol.
A
través de los años ha sido considerado problema de salud pública, pero para
entenderlo y solucionarlo son necesarias medidas normativas eficaces. La Ley
General de Salud contempla como materia de salubridad general el Programa de
Alcoholismo, que ha dado como resultado que el Ejecutivo federal realice
acciones vinculadas con el alcoholismo, que no es lo mismo que el uso nocivo
del alcohol.
Por
lo anterior, resulta importante el reciente proyecto de decreto que, aprobado
por la Cámara de Diputados, y turnado al Ejecutivo para sus efectos
constitucionales, reforma la Ley General de Salud en materia de bebidas
alcohólicas, con lo que, entre otros, modificará el nombre del Programa contra
el alcoholismo.
En
este sentido, se denominará “Programa para la prevención, reducción y
tratamiento del uso nocivo de alcohol, la atención del alcoholismo y la
prevención de enfermedades derivadas del mismo, así como la protección de la
salud de terceros y de la sociedad frente a su uso nocivo”, además de sustituir
las expresiones “niños adolescentes, obreros y campesinos” por las de “menores
de edad y grupos vulnerables”.
Asimismo,
prevé programas de promoción de servicios de prevención, detección temprana, orientación,
atención, derivación y tratamiento a personas con uso nocivo del alcohol y el
fomento de la protección de la salud, considerando la educación y promoción de
buenas actitudes, factores de protección, habilidades y conductas que
favorezcan estilos de vida activa positivos en las familias, escuelas, trabajo
y comunidad en general.
Para
ese efecto, se considerará la vulnerabilidad de la gente por género, edad,
etnicidad, vigilancia e intercambio de información y cumplimiento de normas y
acuerdos entre sectores y niveles de gobiernos involucrados; establece qué
entender por el uso nocivo de alcohol; señala las facultades de la Secretaría
de Salud en el marco de la protección de la salud de terceros y de la sociedad
frente al uso nocivo del alcohol, y multas de entre 100 y mil salarios mínimos
a quien introduzca, propicie, venda o suministre bebidas alcohólicas mediante
cualquier forma a menores de edad o incapaces.
Es
de esperarse que, ante el panorama que vive el país en materia de alcoholismo y
uso nocivo del alcohol, habrá un enfoque integral a la atención y prevención
del problema aprovechando la infraestructura normativa y operativa en materia
de salubridad general, desde vigilancia epidemiológica hasta acciones de
prevención y promoción de la salud, así como de vigilancia y control sanitario.
Es
urgente reconocer que estamos ante un problema de salud pública y social de
gran magnitud, lo que obliga a plantear soluciones coordinadas en los tres
niveles de gobierno para garantizar la protección de la salud y el bienestar de
la población frente al uso nocivo del alcohol y, desde luego, prevenir los
riesgos de salud que genera el alcoholismo.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 37 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como Jefe
de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado
tres libros.
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