En
primera fila
Ex presidentes, ¡intocables!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Obviamente
rechazadas por la mayoría oficialista y oficializada, que no permiten tocar al
PRI o al presidente Enrique Peña Nieto ni con el pétalo de una rosa en el
Congreso de la Unión, entre las principales demandas de la oposición en la
Cámara de Diputados, vistas con simpatía, sin embargo, por el pueblo mexicano, se
incluyó más de una decena sobre ex jefes del Ejecutivo.
Desde
luego que las infructuosas iniciativas, principalmente reservas de reformas al recién
aprobado Presupuesto de Egresos 2015, no se referían precisamente a ofrecerles
algún homenaje, sino a las siempre criticables pensiones vitalicias que año con
año sangran las finanzas públicas. Justos reclamos, todos.
En
efecto, la razón jurídica para rechazar esas compensaciones es que se trata de prestaciones
que NO contempla la Constitución política, NO cumple los requisitos
establecidos en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria NI
las directrices de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.
La
compensación encuentra supuesto sustento en sendos Acuerdos del Poder Ejecutivo,
uno de ellos de 1976, expedido durante el sexenio del priísta Luis Echeverría Álvarez,
y el otro en 1987, durante el periodo de su correligionario de partido, Miguel
de la Madrid Hurtado, aunque ambos adolecen de serias deficiencias en cuanto a una
conceptualización y los hace NULOS de pleno derecho.
En
nuestro régimen legal y administrativo, de facultades limitadas y expresas, las
autoridades sólo pueden actuar en los términos y formas que las leyes les
permiten.
Su
actuación se limita al ámbito de sus atribuciones, de manera que la entrega de
esas compensaciones NO se deberían otorgar por carecer de cualquier sustento
legal y autorización, por lo que se trata de una violación total del Estado de Derecho
que los legisladores juraron defender, pero en cuya violación persisten año con
año, presupuesto tras presupuesto.
Sin
embargo, más allá de la cuestión legal, que no es cualquier cosa, es necesario apelar
a su moral, sentido común y responsabilidad como representantes del pueblo de
México.
Así,
nos preguntamos ¿Cómo explicarles a los ciudadanos de esta gran nación que en este
ejercicio fiscal 2015 se pretenden otorgar compensaciones, ayudas y apoyos por
más de 9 millones de pesos a cada uno de los ex presidentes, cónyuges o viudas
e hijos?
Dichas
pensiones y prestaciones vitalicias a los ex mandatarios tendrán el próximo año
un costo global de más de 250 millones de pesos.
Y
eso que el dictamen de una magistratura federal ha señalado a Luis Echeverría como
el funcionario que planeó, dirigió, coordinó y ejecutó la acción para destituir
a balazos al Consejo General de Huelga del movimiento estudiantil del 2 de
octubre de 1968, en la matanza de Tlatelolco.
Esto
significa que los diputados destinan recursos públicos del bolsillo de todos
los mexicanos para la manutención de un ex presidente genocida como Echeverría
Álvarez, lo que, irónicamente, ni siquiera es necesario ante la inmensa riqueza
que acumuló durante su sexenio y desde que fungía como Secretario de
Gobernación con Gustavo Díaz Ordaz.
Por
si fuera poco, también destinamos recursos públicos ¡para la viuda de José López
Portillo! En, efecto, a la ex actriz argentina Sasha Montenegro quien, además
de la fortuna que heredó del ex mandatario, percibe derechos por la exhibición
de sus “famosas” películas, por lo que también es cuestionable la necesidad de
esta compensación.
También
se incluye a los ex mandatarios Ernesto Zedillo y Carlos Salinas, aunque, por lo
menos, este último ha tenido la vergüenza suficiente para negarse a recibir
esta prebenda, pero ambos disponen para su servicio exclusivo de 103 empleados,
entre militares -desde un General hasta soldados rasos- y personal civil, todos
ellos pagados, desde luego, con recursos de todos los contribuyentes.
Asimismo,
se destina recursos “para los frijolitos” del panista Vicente Fox Quezada, cuya
constante verborrea sólo contribuye a enturbiar el ambiente político, y cuya
familia se ha visto constantemente involucrada en acusaciones de corrupción,
delincuencia organizada y “lavado” de dinero proveniente del crimen organizado.
Más
recientemente se comenzaron a destinar recursos al también panista Felipe
Calderón Hinojosa, responsable de la muerte de más de cien mil de nuestros
compatriotas en aras de los delirios mesiánicos de la infructuosa y costosa guerra
contra la delincuencia, que lo convirtió en un verdadero peligro para México.
La
pregunta obligada es ¿debemos compensarlos con una pensión vitalicia de estas
dimensiones, a todas luces injusta, en un país con más de 50 millones de
pobres, producto de su propia actuación? La verdad es que se trata de una
cuestión inmoral, un sinsentido. Es desconocer la historia del México moderno y
un insulto para el pueblo, por lo que los diputados debieron razonar su voto y
actuar en el marco de nuestras leyes.
Con
la aprobación de las reservas de la oposición, entre ellos de la perredista Josefina Salinas Pérez, se hubiera
dado un paso, aunque fuese pequeño, en una dirección correcta, en beneficio de
todos los mexicanos, y no sólo de unos cuantos.
Sin embargo, Usted conoce el final de la historia: ¡No hubo “de
piña” contra los “intocables”!
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana
Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información,
editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha
fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes
municipales, y publicado tres libros.
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