En
primera fila
¡Agitado
martes político!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
En
lo que constituyó un agitado martes político nacional, la izquierda se cimbró
por la noche con la inesperada renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano al
Partido de la Revolución Democrática que fundara hace un cuarto de siglo, en
tanto que el Senado se sacudió con pronunciamientos del propio PRD y el PT en
torno a la “Casa Blanca” de la esposa del presidente Peña Nieto.
Por
su lado, el PRI anunció que los militantes o no que aspiren a un cargo de
elección popular el año próximo por parte del tricolor deberán suscribir una
carta-compromiso en la que aceptarán que se investiguen sus antecedentes, aunque
nada dijo respecto a sus declaraciones patrimoniales para transparentar sus
propiedades.
Respecto
a la sesión de senadores, a punto de suspenderse por la “indignación” de los
priístas ante los señalamientos de la oposición contra Angélica Rivera, tal y
como propiciaron sus propios correligionarios el jueves anterior en la Cámara
de Diputados, quienes se despacharon con la “cuchara” grande fueron la
perredista Dolores Padierna Luna y la petista campechana Layda Sansores San
Román.
Ninguno
de los legisladores del PRI intentó tan siquiera debatir el tema para defender
a la familia presidencial de los enturbiados señalamientos que, encabezados por
al tema de los 43 normalistas de Iguala desaparecidos hace hoy dos meses, siguieron
la no menos oscura licitación del tren “rápido” y la acusadora adquisición de
la mansión de la Primera Dama.
A
tono con los hechos, apenas iniciaba la sesión cuando el senador petista Manuel
Bartlett Díaz denunció la agresión de que fue víctima su colega Martha Palafox
Gutiérrez el viernes último en Tlaxcala -gobernado por el priísta Mariano
González Zarur-, cuando, con ocasión de acudir a rendir su informe de labores,
supuestos judiciales armados que nunca se identificaron la bajaron de su
vehículo y pidieron identificarse por “sospechosa”.
Poco
después Layda Sansores propuso a la Junta de Coordinación Política crear una
comisión especial investigadora de posibles actos de corrupción, tráfico de
influencia y enriquecimiento ilícito por la compra de la “Casa Blanca”, a lo que se negaron los
priístas pretextando que no estaba incluido el tema en la orden del día y luego
se retiraron del salón para pedir que se decretara falta de quórum.
La
andanada de críticas de la legisladora, que rápidamente inundó las redes
sociales, https://www.youtube.com/watch?v=u0bJjiEJ_S4
también incluyó la solicitud de renuncia de Peña Nieto, sobre todo tras la
agresión de los manifestantes del 20 de noviembre en el zócalo capitalino, por
lo que una y otra vez le repitió: “Eres un cobarde”.
Parte
de su discurso señala que ese día “mandaste a golpear a los ciudadanos en la
oscuridad, entre ellos a mi familia y a mis hijos, más no les provocaste miedo,
les diste fortaleza. De la misma forma permitiste que una noche oscura, en luna
nueva, se asesinaran y desaparecieran los 43 estudiantes de Ayotzinapa, pero la
muerte de unos y la desaparición de los 43 vino a darle fuerza y luz a un
pueblo adormecido.
“La
salida más digna, Peña Nieto, es que renuncies, pero si eliges por la represión
no te van alcanzar las macanas, los gases, las cárceles, las balas; porque si
quieres apagar las voces de un pueblo herido e indignado hasta las entrañas lo
que sigue, como dice Benedetti: “Ponte a juntar todos tus odios y empieza a
matar para seguir matando”.
Por su parte, Dolores Padierna externó que la
“Casa Blanca”, mansión particular de la familia Peña-Rivera, valuada en 7
millones de dólares, 86 millones de pesos, no es un escándalo más, sino la
prueba de cómo este régimen concibe el servicio público.
Agregó
que cuando el vocero del gobierno, Eduardo Sánchez, dijo que la casa pertenece
a la señora Rivera, sólo parece confirmar la maniobra destinada al tráfico de
influencias. La señora Rivera ya tenía una propiedad colindante con la “Casa
Blanca”, misma que le transfirió Televisa bajo un esquema de incentivos por su
trabajo como actriz, aunque la
transacción a su favor ocurrió el 14 de diciembre del 2010, 17 días después de casarse
con el entonces gobernador del Estado de México.
Durante su prolongada intervención, con
“cero” repuestas del PRI, la perredista añadió que el inmueble que le transfirió
Televisa en Paseo de las Palmas 1325, se valuó en 27 millones 651 mil 744 pesos,
mientras la “Casa Blanca”, que colinda con la primera y se ubica sobre la calle
Sierra Gorda, fue valuada en 7 millones de dólares, unos 86 millones de pesos.
La respuesta de Peña Nieto, como
escribió Jesús Silva Herzog-Márquez, concluyó, “fue desentenderse y entregar a
su esposa al Coliseo”.
El
PAN también tenía registrados tres puntos de acuerdo sobre el tema, pero
pospuso su presentación para el jueves, ellos sobre las declaraciones
patrimoniales de Peña Nieto, el conflicto de intereses y para solicitar a la
Secretaría de la Función Pública información detallada sobre otros contratos de
Grupo Higa.
Lo
cierto es que resulta vergonzante cómo los senadores del PRI eluden el debate,
un debate ineludible que le deben a los mexicanos, ya que la sociedad está
esperando que pase algo. No es posible que lo que vemos los mexicanos,
específicamente con el tema de la “Casa Blanca” y el conflicto de intereses en
la licitación del tren México-Querétaro siga siendo ejemplo de un fallido caso
más de que la clase política no reacciona y no pase nada.
El
debate debe darse de manera civilizada precisamente en el Senado, el lugar
preciso.
Ahora
bien, sobre la renuncia irrevocable de quien fuera tres veces candidato
presidencial (1988, 1994 y 2000), cinco horas después de que se reuniera con el
aún presidente del PRD, Carlos Navarrete -no se habló de la renuncia de éste-,
ya habrá suficiente espacio y tiempo para comentarios, así como del anuncio del
PRI sobre las pruebas a sus candidatos, que incluirán antidopaje y polígrafo,
pero nada sobre lo mejor… sus propiedades.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana Roo,
con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes municipales, y
publicado tres libros.
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